Al contrataque
Ratas
Llevamos encima la peste de nuestro tiempo. En nuestros sistemas tarde o temprano aparecen células que no actúan para lo que fueron ideadas
Manel Fuentes
Periodista
El 7 de septiembre de 2009 inició su andadura como director y presentador del programa 'El matí de Catalunya Ràdio'. Dos años después, en septiembre de 2011 comienza a presentar el espacio de entretenimiento 'Tu cara me suena', en Antena 3.
Manel Fuentes
'Cher' Albert,
Llevamos encima la peste de nuestro tiempo. En nuestros sistemas tarde o temprano aparecen células que no actúan para lo que fueron ideadas, y desde el fallo inicial, se reproducen cada vez a mayor velocidad, hasta que las células corrompidas se agrupan en un punto y si no acabas con ellas a tiempo, acaban por ennegrecer y pudrir el órgano en cuestión. Son células que de repente en una de sus reproducciones cambian. Actúan sin tener en cuenta el bien común. Se corrompen y corrompen.
A veces tenemos suerte y cuando el órgano no resulta vital para el conjunto, cortamos por lo sano y volvemos a confiar en el futuro, pero a veces las células corrompidas se adueñan del flujo y se vuelven sistémicas. Van saltando sin control y aparecen caprichosamente a su antojo, hasta que lo invaden todo y nos ahogan. Dicen que ese salto sistémico lo consiguen cuando aumentan las moléculas de una determinada grasa. Una grasa que poco o nada aporta. Desde su vagancia quiere vivir a costa del resto, quiere crecer a costa del esfuerzo de otros y además facilita que las células corrompidas en su función original, viajen y nos colonicen a su gusto. Detectarla ha sido un gran descubrimiento, aunque aún no sabemos cómo librarnos de ella..
TENER INFORMACIÓN ES CLAVE
Hoy nos nutrimos de tantas cosas que corrompen que, a la que bajas la guardia, ya están dentro de ti... Hoy tenemos tanto lípido sin función aparente que nos rodea que poco a poco se están adueñando de nuestro sistema. Hoy que no solo nos sabemos enfermos, sino que además vamos conociendo algunos de los causantes de nuestros males comunes, estamos en mejor disposición de iniciar nuestra revolución.
Hemos entendido que tener información es clave, y que muchos que nos la daban lo hacían torticeramente. Pero Albert, ya vamos tomando consciencia. Y poco a poco empezamos a unirnos para combatir en grupo. Es demasiado importante de lo que hablamos como para bajar las patas o mirar para otro lado. En tu libro, la peste que arrastrábamos por lo menos a nosotras nos salvaba, pero esta no. Esta también nos mata como colectivo. Debemos ser vigilantes sobre lo que nos atañe porque ya no podemos vivir más así en nuestra cloaca. Firmado: Las ratas.
Postdata: Por otro lado, algunas de nosotras han servido de gran ayuda a los de tu especie, a través del <strong>Institut de Recerca Biomèdica de Barcelona.</strong> Se ve que a través de un trabajo coordinado por un Aznar bueno, de nombre Salvador, han detectado que una molécula situada en la membrana celular que metaboliza los lípidos favorece la metástasis de los tumores. Esperamos que traiga soluciones en un tiempo no muy lejano a muchas personas.
También te queríamos comentar que tu mundo ha cambiado poco. El Institut de Recerca Biomèdica ya ha tenido que pedir protección por patente de los resultados, ya que hay mucho espabilado suelto. Tu peste, sigue presente.
- Ocio y CulturaMuere la periodista Anna Pérez Pagès, rigor y compromiso con la cultura
- SociedadUn menor y un hombre que intentaba salvarlo mueren ahogados en la playa del Miracle de Tarragona
- InternacionalUn terremoto de magnitud 5.8 sacude la costa griega
- BarcelonaMAPA | Consulta el alquiler medio, calle a calle, en los municipios de Barcelona
- InternacionalEstado Islámico llama a ataques individuales en Europa y Estados Unidos por la guerra en Gaza
- yoteleCarmen Borrego deja planchado a Jorge Javier por una broma que le sale mal: "Ahí están las cenizas de mi madre
- PolíticaAsí están las encuestas de las elecciones en Catalunya 2024
- SociedadDestrozos, puñaladas y "fiestas con escorts" en los nuevos rascacielos de lujo de Madrid: "Me fui por miedo