Gente corriente

Rafa Melero: «Sé lo que siente un investigador cuando investiga»

Doce años en la policía judicial de los Mossos dan bagaje de sobra para escribir novela negra. Y es lo que ha hecho.

«Sé lo que siente un investigador cuando investiga»_MEDIA_3

«Sé lo que siente un investigador cuando investiga»_MEDIA_3

Mauricio Bernal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

-Un mosso escribiendo novela negra. La ira del fènix. Habrá material de primera.

-¿Sabe qué pasa a veces? Que la gente ve en la solapa que soy mosso y se convence de que lo que pasa en el libro es real. Pero no. Obviamente no lo es. Es una novela. Es solo ficción.

-Cuénteme, ¿escribía desde pequeño, llevaba años rumiando lo de sentarse frente al ordenador…?

-Qué va. Siempre digo que soy un lector tardío y un escritor tardío. Me refiero a que hasta los 25 o 26 años no empecé a leer con regularidad.

-¿Y qué ocurrió? ¿Cuándo decidió que quería sentarse y escribir algo?

-Siempre me ha interesado la gente que escribe. Diría que ese fue mi motor. Pero además yo tenía ganas de escribir, de contar una historia de mossos. Y me puse hace tres años.

-Pero ¿hizo algún curso de escritura, algún taller…? Están en boga.

-No. Nada de eso. Todo mi aprendizaje ha sido a través de los atestados policiales. Esa es mi experiencia. De hecho, procuré que las primeras personas que leyeran mi novela no fueran policías, porque me interesaba saber si se entendía, si el lenguaje era accesible a cualquier persona.

-De cualquier modo, ser mosso le da una ventaja, ¿no? Al menos por el bagaje, por la experiencia.

-Claro, por supuesto. Mire, yo he estado 12 años en la policía judicial investigando homicidios y otros delitos, y naturalmente eso me da un bagaje. Piense que casi no me tengo que documentar, que conozco lo que siente un inspector cuando está haciendo una investigación. Yo creo que ese tipo de cosas le dan credibilidad a la novela. Hago referencia a algún caso real de aquellos en los que yo he trabajado, pero no deja de ser una especie de guiño. Todo el resto es inventado, personajes e historia.

-¿Qué casos?

-¿Los que he investigado?

-Sí.

-Por un lado hago referencia al caso de las dos policías en prácticas que fueron asesinadas en el 2004 en L'Hospitalet. Yo entonces era sargento y solo colaboré en la investigación, pero es que es un caso en el que la escena del crimen es tan impactante que te queda marcada. También cito el homicidio de un ecuatoriano en la puerta de una discoteca. Los asesinos eran dos colombianos, el autor material y el cómplice, que por cierto están condenados. También ocurrió en L'Hospitalet, solo que esa investigación sí la llevé yo.

-Si están condenados es que la investigación fue un éxito, ¿no?

-Sí. Fue un caso bastante difícil, no había muchas pistas, la verdad…

-Hábleme de su trayectoria en los Mossos.

-Mi trayectoria ha sido casi toda dentro de la policía judicial. Entré en el 98 en la de Figueres, de allí salté a Lleida, luego a Cervera, luego a Lleida otra vez y luego a L'Hospitalet. Después fui jefe de la judicial de Terrassa, eso durante cinco años, y ahora soy el jefe de comisaría en Ponts.

-Me tienta ligar su pasión por la investigación con el libro, con el hecho de que escriba. De algún modo están relacionados, ¿no?

-Me encanta la investigación, me parece la esencia del trabajo policial; conoces el delito, sigues al autor e intentas detenerlo, aportar pruebas. Luego hay un juicio, y si hay condena quiere decir que lo hiciste bien. Te permite seguir todo el proceso. Y sí, va ligado claramente a la literatura, porque lo que yo intento es mostrar ese mundo de la investigación, por lo menos tal como lo he vivido.

-Tengo entendido que se editó usted mismo.

-Sí. La envié a dos editoriales y en las dos me rechazaron. En una de ellas, una grande, me dijeron que no escribía mal pero que la temática no se ajustaba. Eso me animó. Eso y los comentarios de la gente, que me decían que la novela enganchaba. Al segundo rechazo decidí hacerlo yo.

-O sea, que ha hecho todo el proceso. ¿Se lo pasó bien?

-¿Quiere que le diga una cosa? No me gustó escribir la novela. Quería que en cada página hubiera algo que llamara la atención, y eso me causó muchos quebraderos de cabeza.