En la quinta dimensión

La hipótesis de una quinta dimensión es un reto para los científicos, una ganga para los predicadores y un sueño para los esotéricos. Para muchos políticos y algunos periodistas la distorsión del espacio tiempo aplicado a la actualidad es una simple rutina. La dimensión creativa de la actualidad es la' tertuliaridad' y solo en esta virtualidad tiene acomodo lo que se dice que sucede en la realidad. Es una fórmula maravillosa para perfeccionar cualquier discurso con pretensión de dominante, sea de la política antigua o de la nueva, que para el caso, vienen a ser lo mismo.

La actualidad se conforma con la selección de hechos que interesan al público, una tertulia es una reunión de conversadores empedernidos y el análisis de la noticia por expertos es la gran aportación que le corresponde al periodismo en estos tiempos de información gratuita divulgada a placer por las redes sociales. Esta combinación de factores no llegaría nunca a ser un espectáculo mediático sin el ingrediente de la opinión, a poder ser extrema y fidelizada por la 'lottizzazione' partidista. El cóctel genera una hipótesis apasionante de la actualidad pero en la quinta dimensión.

El éxito de la 'tertuliaridad' explica algunos fenómenos: unas elecciones se convirtieron en un plebiscito; una declaración de intenciones del Parlament, en proclamación de independencia; un consejo de presidencia, en una presidencia colegiada; el pacto con los antisistema pasa por ser la única vía para gobernar el sistema y un gobierno puede crear tan felizmente la sospecha que tras los pagos atrasados a las farmacias podría haber financiación de estructuras de Estado. Y ayuda a entender que la mayoría de una nación y de todo un Estado puedan pensar que es más factible la resolución del conflicto catalán por la desobediencia o por la intervención legalista que por el diálogo. Ruptura y autoritarismo serán conceptos más comerciales pero poco prácticos fuera de la fantasía.