Quién te ha visto...

«Quién lo vio y quién lo ve», dijo el president Artur Mas el lunes en Madrid después de destacar que Adolfo Suárez y Juan Carlos I decidieron restablecer la Generalitat en 1977 antes de la Constitución. Mas se refería al cambio de las instituciones españolas hacia Catalunya, pero Felipe González lo cogió por donde quiso y replicó poco después a Mas diciendo que aquel dicho podría aplicarse al president comparándolo con el proceder de Josep Tarradellas y de Jordi Pujol. El hacer de siempre, y más concretamente el hacer tradicional de CiU, contrapuesto a la federación actual y al liderazgo de Mas. El expresidente español no es el único que busca esta comparación para desgastar a CiU. Y los nacionalistas no se resignan, claro.

Ver. Quién te ha visto y quién te ve. En Madrid (y en sectores muy instalados de Catalunya) los hay que lo piensan de CiU. Les ha roto todos los esquemas, y de aquí que le enfoquen el grueso de la artillería, no solo de la declarativa. Y ante eso Mas y los suyos no aflojan: «Nos hemos cerrado todas las vías de salida», asegura un dirigente convergente. Y lo hace en referencia a que se han «condenado» a hacer posible una consulta y el derecho a decidir con una apuesta decidida que les anula la opción de tirar por escenarios intermedios siguiendo su estilo tradicional, con aquello del peix al cove, de los pactos de financiación y otros. Aquel estilo de aquella CiU que tranquilizaba a los González de turno ha muerto. ¿Pero esto quiere decir que ha desaparecido también la CiU o la Convergència con vocación de amplio espectro y polo de atracción de votantes de perfiles heterogéneos con el catalanismo como nexo de unión? No. Y eso se contrasta con el ver, con el trabajo de la proyección de caras y perfiles diversos en sus filas.

Esta semana, por ejemplo, con motivo de la muerte de Suárez, Convergència expuso tanto como pudo a su diputado en el Parlament Antoni Fernández Teixidó (exdirigente del CDS). «El centro sigue en CDC», este era el mensaje a transmitir. Igual que la semana pasada, cuando aún coleaba el fichaje de Ernest Maragall por la lista europea de ERC, se hizo comparecer en rueda de prensa tras el Consell Executiu al conseller de Cultura, Ferran Mascarell, ex-PSC. Aquella semana salió bastante. Y en tiempos de choque, el pactista y heterodoxo conseller Santi Vila, publicando libro, proyectando infraestructuras e inaugurando nuevas conexiones ferroviarias. Mensajes vía imágenes dirigidas a la gente que confió en aquella CiU que fue, y en la de ahora.