¿A quién interesan unas nuevas elecciones en Catalunya?

ORIOL BARTOMEUS

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Después del resultado de la asamblea extraordinaria de la CUP, las opciones para solucionar la situación política en Catalunya, y lo que es tal vez más importante, el tiempo para encontrar otra salida que no sea la convocatoria de nuevas elecciones, se reducen al mínimo. El límite para la investidura presidencial acaba el 9 de Enero y la CUP ha postergado su decisión final al 2. Si al final deciden no investir a Mas (o dividir el voto de sus diez diputados a partes iguales entre síes i noes), Catalunya quedará prácticamente obligada a celebrar una nueva convocatoria electoral, a menos que Junts pel Sí presenten un nuevo candidato a la investidura en un tiempo récord, cosa poco probable.

Forzados a una nuevas elecciones, que no tienen porqué solucionar el impasse de la política catalana, es tiempo de sondear las probabilidades de cada una de las fuerzas en liza, respondiendo a la pregunta del título.

A favor:

ERC podría ser la principal beneficiada de una nueva convocatoria electoral. En primer lugar, porque CDC no tendría la fuerza para ejercer la presión necesaria para reeditar la candidatura de Junts pel Sí de las elecciones del 27s, como ya se vio en las generales de hace diez días. Y siguiendo los recientes resultados de las generales, los republicanos lo tienen todo a favor para erigirse en la primera fuerza del bloque independentista, superando CDC y posiblemente logrando la condición de primera fuerza del parlamento, lo que daría derecho a intentar investir a Junqueras como próximo presidente de la Generalitat. En el fondo, este es el objetivo que ha perseguido ERC durante toda el periplo negociador con las CUP.

Podemos, o En Común Podem, o más concretamente Ada Colau, sería el otro beneficiado de una nueva convocatoria electoral. Tras el desastre de Catalunya Sí que es Pot el 27s, la izquierda podría tener éxito con un "combo" diferente, con una presencia potente de Barcelona en Comú y la alcaldesa Colau, las "prestaciones" de la cual se han vuelto a poner de manifiesto en las pasadas elecciones generales. Con el apoyo de esa victoria, la agrupación de la izquierda podría aspirar a uno de los puestos de cabeza, atrapando voto que el 27s terminó en JxSí, las CUP, el PSC C's. Quedaría por ver si Colau se la juega y encabeza la candidatura, o simplemente la apoya (cosa que no hizo cuando la lista la encabezaba Rabell).

No sabe:

A las CUP les podría pasar factura el hecho de no investir a Mas, pero no parece que pueda ser un precio muy alto. Posiblemente perderían una parte de voto acomodado que el 27s les dio su apoyo, pero mantendrían el núcleo duro de su voto (o incluso aumentarlo, según las encuestas postelectorales, en parte por la bajada de la participación). En cualquier caso, y teniendo en cuenta que en principio las CUP no se rigen por sus expectativas electorales, les sería más provechoso mantener la coherencia (y no investir Mas) aunque perdieran algún escaño respecto del 27s.

Al PSC unas nuevas elecciones le podrían ir bien o mal, no está nada claro. Por un lado, la reactivación del polo de la izquierda le pasaría factura, como se ha visto en las generales con En Comú Podem, lo que no pasó el 27s, en buena medida por la debilidad de la propuesta de Rabell. Ahora bien, por otra parte, la posible bajada de C’s y de JxSí podría liberar un espacio cercano a los socialistas, donde podrían penetrar si su oferta es suficientemente atractiva…y siempre y cuando en el entreacto no han entregado el gobierno central al PP.

El PP logró un resultado tan malo en las elecciones del 27s y en las generales que parece muy difícil que lo pueda empeorar. En buena parte, dependería del escenario general. Si Rajoy (u otro candidato/a popular) logra ser investido presidente del gobierno antes de marzo, el PP podría recuperar parte del voto que le ha arrebatado C's. En cambio, si las negociaciones para formar gobierno en España se estancan, los populares podrían deambular por las nuevas elecciones como una sombra sin pena ni gloria (como han hecho en las últimas convocatorias).

En contra:

A C’s unas nuevas elecciones no les serían convenientes por una cuestión de ciclo. Las generales han marcado un debilitamiento de los de Rivera, lo que les pronostica una bajada. Además, muy probablemente una nueva convocatoria autonómica no estaría marcada por el dramatismo de la del 27s, por lo que C’s ya no podría actuar como el imán del no a la independencia. De ahí que el voto menos convencido, que el 27s hizo una apuesta estratégica por el no a causa del miedo al triunfo de los independentistas, quedaría libre, a expensas de los partidos con tendencia alcista (Podem), de opciones a medio camino (PSC) o incluso de sus rivales tradicionales en el espacio españolista (PP).

CDC tiene la llave para convocar unas nuevas elecciones, ya que podría presentar un nuevo candidato a la investidura que, a diferencia de Mas, obtenga el plácet de las CUP. Si no lo hicieran, los convergentes se enfrentarían a una convocatoria muy complicada para sus intereses. En primer lugar, porque no tendrían la fuerza suficiente para forzar una nueva alianza con una ERC que viene de superarlos en las elecciones generales, y que busca sin disimulo erigirse en el primer partido del bloque independentista. En segundo lugar, porque CDC estaría obligada a presentar a Mas como cabeza de lista, con lo que ello conllevaría: hacer pivotar parte de la campaña sobre la gestión de su gobierno en los últimos cinco años, precisamente aquello que quisieron evitar el 27s escondiendo al president en el número cuatro de la lista.

Unas nuevas elecciones, con Mas como único reclamo, invocando en solitario el "rassemblement" del voto nacionalista (como ya hizo, y con poco éxito, en 2012) y haciendo de la pugna entre independentistas uno de los ejes de su campaña, no generaría la dinámica de polarización extrema del 27s, que tantos réditos dio al independentismo. Así que es probable que volviéramos a un escenario más “normal”, lo que conllevaría un descenso respecto de la participación excepcional del 27s y una dispersión del voto a juego con lo que ha ido sucediendo durante el ciclo electoral. Menos participación y trasvase de las opciones "grandes" a las nuevas y pequeñas es precisamente el peor escenario para Mas y CDC.

No contesta:

Finalmente, y aunque la probable centrifugación del voto de JxSí y C 's respecto del 27s podría serles propicio, no parece que Unión esté en condiciones de beneficiarse de una nueva convocatoria electoral.