El turno

¡Qué verano el de aquel año!

ANTÓN Losada

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Andamos a mediados de julio y el mundo parece que no coge vacaciones. Todo es un sin vivir.Obamarecuerda cada vez más aSidney PoitierenRebelión en las aulas, con los republicanos entregados al papel de pandilleros sobrados de testosterona y escasos de neuronas. En la circunspecta Europa, fuego a discreción contraAngela Merkel,con esa filosofía tan occidental de ajusticiar primero al culpable y buscar después la solución. Resulta paradójico ver como los mismos líderes que corren a esconderse de sus opiniones públicas, le afean a la cancillera no domar a la suya a golpe de liderazgo.

El último pecado deMerkelha sido sostener que los bancos deben asumir parte de la deuda griega y no ponerse a temblar como la protagonista de una película de terror cuando los mercados se enfadan y toman a la prima de riesgo como rehén. Es el círculo virtuoso de la crisis. Berlín dice algo sensato, lo ponemos a caldo y el tiempo le da la razón.

Se derrumba la fe en cuanto hizo grande a Occidente. El FMI, las agencias de calificación, incluso la última superchería de la religión económica, losstress test, son de quitan y pon. Valen si se aprueban y están tuneados si se suspenden. Como los malos alumnos en junio: el profesor nos tiene manía.

La economía anda hipertensa y la política hiperventilada. El Gobierno se remienda como puede mientras el mismo PP que pretende cazar aRubalcabacon una trampa para faisanes solo ve normalidad democrática cuando uno de sus presidentes autonómicos se sienta en el banquillo por aceptar regalos de una red corrupta. Aunque no todo iban a ser malas noticias. En Asturias,Álvarez-Casosha sido investido presidente. La línea de sucesión en el liderazgo europeo está asegurada. Algo es algo. Descansen, si pueden. Va a hacer falta.