"¿Qué sientes?" "¡Asco!"

FERRAN MONEGAL

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A nte un panorama de once criaturas gordas de verdad, desparramadas por el plató, y que se han prestado a ir a Tele 5 a adelgazar, exclamaba el famoso peluquero Lluís Llongueras, ilusionado: «Este programa interesará al 99% de la población. ¡A los delgados para no caer en la obesidad y a los gordos para dejar de serlo!» ¡Ahh! A pesar de estos entusiásticos augurios, este primer Abre los ojos  solo ha conseguido un 9% de share, o sea que el invento que acaba de impulsar la productora y gran churrería de Tele 5,  La fábrica de la tele, para sustituir a El gran debate, arroja un primer balance pobrísimo, por debajo de la media del programa que han eliminado y que conducía Jordi González.  Hombre, es verdad que la obesidad es un tema universal que atrapa mucho.  Y la forma de montar el concurso, como una especie de reality sobre michelines y carnes, a esta cadena siempre le ha dado buenos resultados. Pero conociendo cómo se las gastan, a lo mejor lo que ha pasado es que se han quedado cortos, o sea, que esta primera entrega no ha sido todo lo canalla que se esperaba y que es la marca de la casa. Al margen de una escena en el balneario de Valladolid -en el que están ingresados, en plan jaula en régimen abierto- en donde  les colocaron en el jardín, delante de un espejo, y al concursante de Murcia, Jesús, de 137 kilos, le hicieron quitarse la camisa y le preguntaron: «¿Qué sientes al mirarte?» Y él respondió: «Asco, siento asco». O sea, una terapia de choque emocional bastante cafre, al margen de estos momentos -también en la piscina, todos en bañador, tremenda coreografía de jamones en remojo y rebosantes- podríamos considerar que el resto ha sido trabajado con alegría y buen rollo. Se han reído con los gordos, no de los gordos, lo cual es una novedad en los métodos que practican en esta cadena. Pero las bases están bien asentadas, por si acaso conviene derivar hacia el reality duro y brutal.  Han metido, por ejemplo, en la misma habitación del balneario a Kepa, de Bilbao, y Olga, de Barcelona. Entre los dos suman 300 kilos de peso. No sabemos si las camas del hotel aguantarán. Cuenta este espacio con la delicada presentadora Emma García. Está acostumbrada a impulsar todo tipo de crueldades. Todavía la recuerdo en El juego de tu vida preguntando a un concursante: «Antonio, ¿eres infiel a tu mujer porque ya no te excita y te atrae más su hija, de la que eres padrastro?» Y la mujer en primera fila, aguantando.