LA CLAVE
Qué será lo que tiene el negro
Pamplona vota si Baltasar será un negro de verdad
Iosu de la Torre
Coordinador de Pódcast.
Periodista. Vasco de Barcelona. En EL PERIÓDICO desde 1986. Coordinador de Pódcast. Universidad de Navarra y Universitat Autònoma de Barcelona.
IOSU DE LA TORRE
Iñaki Wlliams conoció las Navidades cuando en Pamplona el rey Baltasar de la cabalgata era un señor blanco pintado de negro. El hoy futbolista estrella del Athletic de Bilbao, como tantos otros chavales, es hijo de inmigrantes: «Me siento vasco, también africano».
Los Williams Arthuer venían de Liberia huyendo de la guerra. Aquella Pamplona, como tantas otras ciudades, podía ser el escenario de un anuncio multicolor de Benetton. Allí, el primer bebé del año también animaba la demografía, como en Santa Coloma de Farners, Torroella de Montgrí o Cornellà.
Lo que sí ha diferenciado a Pamplona en estas décadas ha sido la cabalgata de Reyes. Baltasar siempre ha sido un blanco tiznado de negro, y este año, por fin, un grupo de vecinos (más de 6.000) ha reaccionado para reclamar que «sea un negro de verdad».
Mientras en Madrid Manuela Carmena sube mujeres a los camellos -para pasmo de la condesa Aguirre-, en Pamplona el ayuntamiento de Joseba Asirón empuja para que un africano sustituya a Fernando Lizaur. El organizador del desfile cumple 30 años en el trono de Baltasar, cual Idi Amin Dadá, el inquietante dictador ugandés, maquillado pero sin devorar a los miles de niños que le miraban extrañados.
ES NARANJA, ESCRIBE AZUL
Un blanco pintado de negro es como un boli de Ciudadanos, es naranja pero escribe azul. La política cuenta con demasiados Baltasares enmascarados: 1) el presidente que abandona la trinchera del plasma para prometer el diálogo que negó toda una legislatura. 2) los clubs de fútbol que lucen el patrocinio de dictaduras árabes. 3) el exjefe del mundo que rebañó todo lo que pudo con tarjetas negras a costa de los ahorradores. 4) ese catalanista mutado en Brave Heart independentista. 5) la activista que esquivó la promesa de que nunca entraría en política.
La relación da para más. Aquí me detengo, que aún es Navidad. Díganme tiquismiquis, sectario. Es igual. Solo expreso un anhelo: que la cabalgata de este año en Pamplona cuente con un Baltasar de verdad. Y si es Iñaki Williams, marcarán un gran gol.
Que siga la fiesta.
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