Geometría variable

¿Qué persigue Collboni el 24-M?

JOAN TAPIA

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Todo está a punto para la campaña de unas elecciones municipales que tendrán consecuencias no solo sobre el gobierno de las ciudades, sino también sobre las perspectivas de los partidos. En Catalunya -me decía hace poco un político veterano-, los tres primeros cantarán victoria. ERC tendrá muy buenos resultados en la Catalunya interior y tapará así que morderá el polvo en Barcelona, donde hace poco creía que Alfred Bosch podría ganar. CiU conservará Girona (Carles Puigdemont se afianza) y, sobre todo, la emblemática Barcelona. Y el PSC salvará el área metropolitana, Tarragona y  Lleida.

Ahora la emergencia de Ciutadans puede cambiar todo. La encuesta de La Vanguardia dice que el partido de Albert Rivera no es solo el segundo en votos en Catalunya (también lo dijo hace unas semanas EL PERIÓDICO), sino que también sube en Barcelona, donde, por otra parte, Ada Colau, aunando la protesta, Podemos e ICV, tiene chance.

Barcelona es la joya de la corona, y la posición en la que finalmente quede el PSC puede ser clave tanto para la ciudad como para el partido que tuvo la alcaldía desde 1979 hasta el 2010 e hizo la gran transformación. Y es que el resultado puede ser para el ganador un envenenado sudoku.

Todas las encuestas apuntan a una victoria ajustada de Xavier Trias (bajando concejales), con Ada Colau en segunda posición. En el entorno de Jaume Collboni se admite que es una hipótesis posible, pero subrayan que tanto Trias como Colau magnifican ese escenario para ningunear al PSC. CiU quiere todo el voto útil contra una izquierda sin práctica de gobierno. Y Colau quiere desbancar a la izquierda que ha gobernado y hecho Barcelona.

El equipo de Collboni, con un sondeo del GESOP en las manos, relativiza la polarización. El PSC obtendrá mejores resultados (7 o 8 concejales) por detrás de CiU (10 o 11) y Colau (8 o 9). Y constatan que su encuesta -como la última publicada- apunta una recuperación del PSC y una flexión de Trias y de Colau.

En todo caso, si Trias gana se enfrentará a una muy difícil ecuación, porque la suma del nacionalismo parece hoy una quimera (17 concejales cuando la mayoría absoluta es de 22). Y en los resultados de Colau se unen intenciones directas de voto a la propia Colau, a ICV y a Podemos. Pero el 24-M esa suma puede no ser total y Podemos tiende a la baja. Además, Colau siempre precisaría del PSC y ERC para poder gobernar. Un concejal socialista asegura incluso que el PSC puede superarla si los que hoy se dicen indecisos (todavía el 22%) se inclinan por los partidos a los que votaron en el 2011.

El entorno de Collboni cree que la tercera posición es muy probable. ERC ha ido a menos porque Alfred Bosch sigue de diputado en Madrid mientras que Collboni dimitió del Parlament (y patea Barcelona) desde que ganó las primarias socialistas hace un año. Ciutadans preocupa a los socialistas por el fenómeno Rivera, pero creen que Carina Mejías es poco conocida y viene del PP. Y Alberto Fernández es gato viejo.

¿Terceros para qué? Collboni dice que no irá al gobierno municipal si no gana. Pero que garantizará una gobernabilidad que no supedite el ayuntamiento al independentismo de Artur Mas y que no comprometa el futuro de Barcelona -bien administrada por los gobiernos de Serra, Maragall, Clos y Hereu- con medidas populistas improvisadas. Logros como la capital mundial del móvil -por los que el ayuntamiento, la Generalitat y el Estado unieron fuerzas- no pueden malograrse por prejuicios o falta de experiencia. Y remarca el fichaje del antiguo portavoz municipal de ICV para priorizar la lucha contra la creciente desigualdad. ¿Con Trias o con Colau? La tropa de Collboni no duda: ahora, al voto; luego, garantías.