Qué parte del 'no' no entendió Tsipras

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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Mi amigo Dimitri, de una tele griega, me lo fue contando a medida que sucedían los primeros grandes premios del Mundial de motociclismo. Dimitri estaba convencido de que Europa no tendría piedad de Grecia. Estaba convencido de algo peor: de que la valentía, el coraje, el atrevimiento, la novedad, la revolución, el impulso, la determinación del novedoso político Alexis Tsipras y su multimillonario 'copiloto' Yanis Varoufakis funcionaba más en clave interna ("la gente está muy desesperada, Emilio, muy desesperada") que a nivel externo.

Dimitri, que asegura que lo único que ha hecho el Gobierno de Tsipras es aumentar el gasto público (y empleo) para contentar a los miles y miles de ciudadanos que les votaron, vive ahora en la desolación, no tanto económica, como moral. "Me siento engañado, muy, muy engañado, pues, al final, acabaré creyéndome a los que dicen en mi país que lo único que quería Tsipras, como cualquier otro político de los últimos 50 años, era mantenerse en el poder, reforzarse personalmente tras el referéndum y prescindir de Varoufakis".

Dimitri se siente, dice, tan engañado como todo su pueblo. "Lo malo, lo peor, es que nos han engañado con un referéndum que, incluso, acabamos celebrando en la calle, en las plazas, para, a los dos días, aceptar un acuerdo sobre las mismas bases, o muy parecidas, no, no, las mismas, por las que convocamos el referéndum del no. Un timo... de los políticos, de nuevo".

Mi colega griego insiste en que no entiende qué parte del 'no' no entendió Tsipras. "Ese 'no' era fácil de entender: era un 'no' a todo lo que vamos a firmar dentro de unos días". Y, claro, para los griegos, como para cualquier otro pueblo, "cuando decimos que no, queremos decir no". Dimitri está convencido de que Grecia "simplemente, no tenía un plan B". Y, simplemente, es de los que piensa que, tarde o temprano, Grecia tendrá que salir del euro. "En Europa, en la Eurozona, en los pasillos de Bruselas y Berlin, no hay sitio ni futuro para un país como el nuestro, un país que se pasará la vida debiendo dinero, que estará siempre endeudado". Y eso, insiste, que dimos un 'no' rotundo al acuerdo. "Igual se lo tendríamos que haber dado a Tsipras, que cree haber salido reforzado de ese referéndum, no sé hasta cuando, la verdad".