Solidaridad en Barcelona

Puertas abiertas a la esperanza por Navidad

La Fundació de l'Esperança, en Ciutat Vella, acoge a personas vulnerables con el objetivo de ayudarlas a dignificar sus vidas

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LLUM DELÀS

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En mitad de la ciudad y muy cerca de la plaza de Sant Jaume, una pequeña fundación creada el mayo del 2013 ha ido haciendo camino de acogida y de atención personalizada a las personas a las que les resulta difícil vivir: pobrezas, soledades y dificultades de todo tipo. En Ciutat Vella, uno de los distritos más turísticos, históricos y empobrecidos de Barcelona, con la proporción de población inmigrante más alta, superior al 42%, la Fundació de l’Esperança acoge a personas vulnerables con el objetivo de ayudarlas a dignificar sus vidas, además de enseñar la cultura propia y las tradiciones del lugar que se ha acabado convirtiendo en su hogar.

Hoy, a las puertas de Navidad, celebramos la Esperanza. Se escau. El día 18 de diciembre la Congregación que lleva el nombre de la Mare de Déu de l’Esperança abre las puertas de su residencia de jóvenes. Las residentes nos acogen. Un hogar como la Casa de Recés, donde residen hasta una cuarentena de chicas, entre los 18 y los 35 años, y que ha acogido ya más de 2.000 mujeres en situación de vulnerabilidad desde que está vinculada a "la Caixa" hace más de 90 años. Con el objetivo principal de que se emancipen y puedan vivir de forma autónoma, la Fundació de l’Esperança, las ayuda a recuperar la estabilidad perdida para que puedan formar parte activa de la sociedad. Y lo hace a través de la acción educativa, las 24 horas del día y los 365 días del año, también por Navidad. 

Acción social directa

A su alrededor, en el 2013, nace la Fundación que lleva su nombre y su espíritu. La Obra Social La Caixa empieza una nueva línea de actuación a través de la acción social directa. Y sabe que las pobrezas de hoy se combaten si trabajamos en red, si nos unimos a todas aquellas instituciones, públicas y privadas, que queremos un futuro mejor para tantas personas y familias. Hemos empezado en un barrio, en un distrito, donde son muchas las instituciones que dan la cara para paliar los sufrimientos de mucha gente y apuntar hacia un futuro más digno para aquellos que han perdido el tren del acceso a los bienes que necesitamos para llevar una vida digna.

Acción directa. Proximidad a las personas que buscan la manera de salir adelante a pesar del paro, la falta de salud, las necesidades de vivienda y de otras básicas no cubiertas. 

No podemos hacerlo todo. Hemos aprendido a ser mediadores de recursos que tanto las administraciones como la cantidad de instituciones que trabajan solidariamente en este distrito, podemos y sabemos ofrecer.

El valor de la compañía

Navidad, en el mundo de las personas vulnerables, es un contraste impactante. Quizá cueste pasarla o incluso querer celebrarla. Por eso, quienes sabemos el valor de la compañía, nos prestamos a ofrecerla, con aquel punto de gratuidad y de socarronería que hace alegres las cosas difíciles, que hace agradables los momentos de reunirnos, a pesar de que puedan parecer nostálgicos.

Y esta Navidad en concreto tenemos frío. Y el frío está teniendo nombres diferentes según los sufrimientos que conocemos y compartimos. Pero sabemos que el frío mengua cuando hacemos piña. Y aquí, en esta fiesta de la Esperança tenemos ganas que transformar la frialdad en esperanza. Por eso, trabajadores, voluntarios, colaboradores de todo tipo y beneficiarios celebraremos un avance de la Navidad que cada año nos invita al encuentro y al reconocimiento mutuo.