PEQUEÑO OBSERVATORIO

¿Se puede ser o no se puede ser otra cosa?

Ahora ya no se trata de enviar un ejército "liberador" sino de política

Imagen de la calle Aragó con Bailén llena de independentistas.

Imagen de la calle Aragó con Bailén llena de independentistas. / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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No sé si el Gobierno español es consciente de que está luchando desde el pasado. Una lucha que ya existió tiempo atrás, en el tiempo de las colonias en América y, más adelante, en tierras de Marruecos. Ahora se encuentra con otra reivindicación de independencia, la de Catalunya. Entiendo que España la considere un hecho negativo, pero lo que ya no entiendo tanto es que la reacción sea la que es. Porque me parece poco o nada meditada. Ahora ya no se trata de enviar un ejército "liberador". Se trata de política.

Ortega y Gasset dijo: "Un hombre es lo que ha sido". Bien mirado, es una frase condenatoria. Creer que un hombre, un pueblo, unas estructuras sociales siempre serán tal como han sido, tiene algo de sentencia inapelable. Un regusto de fatalismo, de inmovilismo paralizador. Un hombre vital no es pasivo, y un país vital tampoco. Trabajan la musculatura necesaria. La musculatura política española es muy rígida. Rígida para imponer pero no parece flexible para dialogar. 

Tengo que recordar que hace años hice una serie de viajes a pie, entre ellos, a Castilla. El contacto con la gente fue tan agradable como enriquecedor. Fueron días de conversaciones tranquilas, en una plaza, en un café... Nuestras diferencias siempre merecían respeto. Algunos tópicos sobre catalanes y castellanos no aparecieron. Lo único que no acababan de entender es que escribiera en catalán cuando el castellano era una lengua con más difusión.

Independencia vital

Tengo que decir que mi amigo y escritor Miguel Delibes tampoco lo entendía, hasta el punto de que anunció en su diario que yo preparaba una novela, y esta vez en castellano. Y no era así. Quizá pensaba que yo podía ir "más allá".

Ortega y Gasset también escribió: "Los españoles ofrecemos a la vida un corazón blindado de rencor". Parece que la vitalidad de la independencia no se escapa. Y Cánovas de Castillo, académico de la Historia de Madrid, afirmó: "Son españoles los que no pueden ser otra cosa".

Hay quién cree que sí, que se puede ser otra cosa.