Al contrataque

Tensión y juicios indeseables

Hay que esperar. Máxima tensión, dentro de la tensión máxima. De nuevo hay que esperar a que unos convoquen un referéndum para que otros impidan su celebración

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Xavier Sardà

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Hay que esperar. Máxima tensión, dentro de la tensión máxima. De nuevo hay que esperar a que unos convoquen un referéndum para que otros impidan su celebración. Hay que esperar a que unos quieran votar y otros retiren las urnas o cierren los colegios electorales, o no se sabe qué. Hay que esperar forcejeos y a saber. Hay que esperar a que aquí se gestualice con indignación 'agernikada', invocando la consideración piadosa de la comunidad internacional, y hay que esperar a que los de allí digan cómo se gestiona la interrupción involuntaria de la gestación nacional catalana. Hay que esperar y simular que vivimos como si tal cosa.

Hay que esperar pacientemente a que los patriotas de aquí y de allí suplan con verbalismo y mito la impotencia del acuerdo. Hay que esperar juicios indeseables e indeseados.

Aquí la enigmática y secreta ley de transitoriedad, y allí la enigmática no se sabe qué. Por lo visto, en ambas esferas tienen claro lo que deben hacer con nosotros. El Govern de la Generalitat y el Gobierno de España harán lo que más convenga o lo que más les convenga. Cada cual con sus respectivos vicarios. Es cuestión de esperar y vivir como si nada.

EL EJEMPLO DE GAZIEL

Aquí, cuando el juego no nos es favorable se tiran las cartas y se pide que vuelva a repetirse la partida. Allí tienen los crupieres y no sueltan la baraja. Ya se nos dirá. El responsable de la hacienda catalana dice que los del Banc Sabadell son «chungos». Muy de autos de choque.

Esperamos, como esperó allá en los años 30 el periodista Gaziel: «En fin: el orden no cae del cielo, como el maná. Ni brota mágicamente de las instituciones, sino que lo crean los ciudadanos, sobre todo los más encumbrados e influyentes, interviniendo en la vida pública, sacrificándose cuando es necesario y asistiendo en todo momento a los encargos de defender lo implantado contra toda injusta tentativa de suplantación». Era otra época y Gaziel vivía con estupefacción 'noucentista' la sucesión de acontecimientos de aquí y de allí.

Ahora media Catalunya espera lo que decida la otra media o la media y cuarto lo que decida el resto. Hemos aprendido a esperar. Todos. Con entusiasmo, ilusión, paciencia, indiferencia, preocupación o angustia, que de todo hay. Esperar.

ESTUPEFACTOS EQUIDISTANTES

Los estupefactos son acusados de equidistancia aquí y allí. Los inservibles emocionalmente frente a los embates frontales, descalificados por pusilánimes. ¿Cabe ser escéptico con la desconexión y al mismo tiempo detestar la españolidad cerril? A uno y otro lado se impele a tomar partido: si no se es 'indepe' se es españolista, y viceversa. Lo toma o la deja.

El jueves, redada; este lunes, 'diada gran' frente a los juzgados; el martes… ya se verá. Hay que vivir como si nada. Hay que aprender a esperar.