La soberbia ha cambiado de bando

"No he percibido en sus discursos ni mensajes, pero tampoco en sus formas, la arrogancia de la izquierda que todo lo sabe"

Un militante escribe a mi lado su año de filiación al partido: PSUC, 1977.

Un militante escribe a mi lado su año de filiación al partido: PSUC, 1977. / periodico

Merche Negro

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Pronosticaban bajada de temperaturas este fin de semana en Catalunya así que decidí pasarlo a cubierto con casi mil personas más en la 10ª asamblea de ICV.

Se ha desarrollado enViladecans, luminosa localidad delBaix Llobregatque para mi linda conMontcada del Vallés Occidental, por muy incongruente que os parezca: después de pasarme un par de paradas de tren de cercanías el viernes a las once de la noche, las distancias se difuminaron en mi neocórtex, y solo quedaban las ganas de llegar a casa y abrazarme a la puerta, cosa que hice efusivamente pasada la medianoche. De los horarios e infraestructuras del transporte público intercomarcal catalán os hablo otro día, que hay para dedicarle su tiempo.

Así acabé el día, fue el colofón de una tarde que tampoco fue muy positiva. Y lo digo ya antes de que me presione más en el estómago: tenía la esperanza de queJoan Saurahablara con naturalidad de todos los aspectos de su gestión en la presidencia del partido en su discurso de salida, pero también de su presencia en los tripartitos del 2003 y del 2006. No lo hizo.

Lostitulares hablaron al día siguiente de autocrítica y sí, es cierto que enumeró algunos fallos y aspectos que podrían haber ido mejor, lo cual fue bueno, pero se dejó uno que, sin ser el que más incidencia en la gobernabilidad del tripartito tuvo, fue sin duda el que más factura le ha pasado personal y políticamente: la Conselleria de Interior y la actuación concreta de los Mossos en algunos momentos. Qué gran oportunidad desperdiciada, no puedo dejar de decirlo. No soy de las que piensa que debiera haber salido a inmolarse, ni mucho menos. Pero haberlo obviado en un momento de reformulación del partido y su significación en la sociedad, una sociedad inteligente y preparada para dialogar, me parece haber dejado pasar un momento fundamental.

Contradicciones ideológicas

No era cuestión de pedir perdón, sino de reconocer las contradicciones ideológicas en que se incurrieron y comprender el desapego y rechazo que parte de la ciudadanía empezó a experimentar hacia ICV, y que el resto aún está intentando entenderlo: yo misma por ejemplo, y no me he quedado satisfecha. En cualquier caso la sala del plenario del Cubic de Viladecans reaccionó con coherencia: se emitióun vídeo recopilatorio con la trayectoria de Saura y ahí se visibilizó perfectamente el error: los aplausos y vítores llenaron el espacio al recordar el 'No a la guerra' del 2003 y los procesos de desarrollo e implantación de la ley de memoria histórica para pasar a hacerse un silencio incómodo e indudablemente reprobatorio al proyectar las imágenes de la jura del cargo de Interior. El que calla otorga, y aquí se otorgó muy claramente.

Quiero también poner en valor lo positivo del discurso de Saura y su trabajo de tantos años en ICV que creo resumió al decir: "Desconfiad de quien os diga que no disfrutan haciendo política". Esta frase me pareció muy acertada y además de eso, cierta.

Pero estábamos de asamblea, y lo que realmente importaba no iba a salir de las caras que estábamos acostumbrados a ver en los micrófonos. Más de 700 delegados y 1.188 endmiendas debían de ser tratadas para firmar el futuro de ICV consensuado, compacto y sin fisuras. Era un reto difícil, así que me concentré en ser testigo de esto, fijarme mucho y aprender. Lo demás no tocaba ya, quedaba fuera del pabellón.

En esto iba pensando el sábado por la mañana mientras en el tren correcto esta vez, me dirigía de nuevo hacia allá para escuchar la presentación deldocumento de estrategia política a debatir, en este caso a cargo deJoan Herrera.Un periodista amigo me había contado la noche anterior que, entrevistando para su cobertura de la asamblea aDolors Camats, copresidenta del partido junto con Joan en el futuro, le había transmitido al finalizar: "Tenéis la responsabilidad histórica de hacer algo grande, muy necesario cuando la gente está desalojada y jodida como nunca en los últimos 30 años, y con todos mirando a ver qué hacéis". Qué razón tiene mi amigo. A mí me temblarían las piernas de pensarlo, acababa. Entré por la puerta de cristal un poco asustada, todo sea dicho.

Os digo otra cosa: cada vez que he acudido a un evento político de izquierdas he escuchado el cliché de estar "ante un momento histórico". Llevo 10, 15 años o más ya escuchándolo. Este fin de semana ha sido la primera vez que me lo he creído, y tengo la impresión de que ellos dos también.

Brasil y Uruguay

Joan ya estaba hablando en el escenario: "Estoy muy contento, los mayores debates que he tenido con vosotros los delegados han sido de economía: esto expresa una inteligencia colectiva que nos permite interpretar la realidad". Es uno de los aspectos de ICV de los que Herrera se siente más orgulloso, se lo he escuchado decir en varias ocasiones. "Sabemos leer lo que pasa, esto lo hacemos muy bien". Intentaba en esta parte lanzar un mensaje a los medios presentes en la sala, incidir en que el partido estaba ahí para construir un relato de justicia social, equidad, sostenibilidad. "Mirad a los compañeros que han venido a acompañarnos hoy de Brasil, Uruguay. En los 90 ellos se movilizaron, y también reivindicaron la política: además de resistir, había que ganar". El público se sumó a sus palabras, pero en este caso los periodistas no. Querían esperar a que hablara del proceso de soberanía y de cómo el partido se posicionaría. Los tiempos no estaban coincidiendo. ICV tenía preparada una resolución al respecto pero, había más cosas que debatir. Los titulares deberían esperar. Fue una decisión del partido, y los medios se adaptaron como pudieron tirando durante la tarde de entrevistas pregrabadas, intentos de filtraciones o apartes en los pasillos e interpretaciones encolumnas de opinión.

Sin embargo, yo, que no tenía en esta ocasión la presión de un cierre o un editor en la oreja con el encargo de sacar la frase que queríamos, me relajé y disfruté durante la tarde, entrando y saliendo de las salas donde los delegados enmendaban, transaccionaban, rechazaban, pedían más explicaciones y reivindicaban posciones para poder aprobar al final del día el documento en el plenario. Me habría gustado ver a algún compañero periodista tomando notas conmigo o sin mí, y me quedé con las ganas. Yo iba apuntando según me llamaban la atención.

"La reclamación de la renta básica universal debe estar vinculada con algún retorno a la comunidad", decía alguien. "La redacción de los textos al final queda tan ambigua que uno puede entender que se ha aprobado cualquier cosa. ¡Si hay un momento para ser concretos es en esta asamblea!", gritaba otro. Cambié de sala para ver cómo íbamos de ritmo. Eran tres simultáneas donde se debatían durante más de dos horas las más de mil enmiendas. Entré en la primera donde presidía la diputadaLaia Ortiz. Laia OrtizEn un momento pude verla soplándose el flequillo y mirando el reloj, pasaban los minutos y aún iban por la enmienda cuatrocientos y pico, y ahí seguían. Manos levantadas y turnos de palabra pedidos se amontonaban. Salí y entré en la puerta contigua.Josep Vendrell le hablaba a otra militante: "Entonces, ¿propones votar el texto original de la enmienda o mantenemos la transaccionada?". Y al minuto estaban con "creemos un grupo de trabajo de la comisión de garantias y radicalidad democrática para tratar los dilemas éticos de los cargos públicos, donde puedan ir ellos ante un determinado dilema". Pasaban los minutos y aquello empezaba a oler a debate intenso.

A humanidad vaya, que todo hay que decirlo. Eso sí, yo miraba caras, observaba gestos y ahí nadie perdía ni una frase. Más de 700 personas discutiendo sobre los cinco puntos de la ponencia política. Dejadme que los cite: 1) Una Iniciativa más fuerte, para sumar y cambiarlo todo. 2) Hacia un nuevo modelo de prosperidad compartida y ecológica. 3) Hay alternativa: hacia un nuevo contrato social y ecológico: hacia una democracia económica. 4) Derecho a decidir y catalanismo popular. Alternativas al nacionalismo conservador y a la recentralizacion. Y 5) Nueva política: más democracia, más activismo.

¿Os parecen temas poco interesantes? A mí me resultan muy apetecibles, ahora que os haré una confesión: hacia las siete de la tarde, cuando ya llevábamos una hora de retraso y las comisiones aún no habían terminado, yo ya no podía más.Marc Rius ennumeraba enmiendas en la tercera sala para votar: "Número 643, número 726, que es una transaccionada de... número 1.024" y yo tenía tentaciones de gritar: "¡Línea!" y es más, llegué a imaginarle a él, a Vendrell y a Laia contestándome: "Seguimos para bingo". Me pareció estar siendo tremendamente irrespetuosa y salí a tomar el aire fuera. Allí me reí un rato con otro compañero periodista que me resumió el debate identitario y las redes sociales como "¡¡Ruido, ruido!! ¡Aquí lo que hay que hacer es luchar contra el neoliberalismo y defender la clase obrera!". ¡Qué pasión!, me dije yo. Mejor vuelvo dentro a ver si la cosa ha avanzado. Llegué a tiempo a la explicación de una votación: "Si votáis en contra de la transacción, estáis admitiendo la enmienda original. Si votáis a favor de la transaccón, estáis en contra de la enmienda. ¿Se entienden los términos?".

Ays. Me concentré en el grupo deJoves de Iniciativa Joves de Iniciativaque tenía delante, que traían unas caras largas como los minutos que no acababan. Lo cuento porque me impresionó la dureza de su cabreo. Habían estado preparando una intervención en alguno de los debates que se estaban produciendo y no habían encontrado la respuesta esperada en la organización. No tengo los detalles, pero, sí he querido hacer mención aquí de este momento porque los Joves de ICV son un activo fundamental, nunca dan nada por sentado. El corporativismo se cuenta con los dedos de una mano si es que aparece en algún momento, y la ejecutiva (de la que son miembros) les tiene muy en cuenta en debates, planificación y decisiones. Por la cuenta que les trae. Todos los que desde hace años lideran estas siglas han salido de Joves, y con ellos poca broma.

Por fin las tres salas terminaron y al plenario otra vez. Yo me aposté tras un altavoz cerca del escenario. Algunos me preguntaron: ¿Qué haces aquí, es que hay buena cobertura? Yo miraba buscando piedad, pero no la encontré. Cómo quejarme ante los que han hecho esto tantas veces. Qué estoicidad. Me dediqué a cerrar el día captando desde esa posición imágenes que me divirtieran, planos de aquellos que comentaban lo que iba pasando, momentos que me sirvieran de recuerdo o para contaros esto. Tengo una advertencia curiosa guardada en la memoria: "¿Qué tengo que hacer para ganar tu silencio?". Y es que cuando una se fija, encuentra.

Era el momento de los invitados de los movimientos sociales. Una vez más no eran miembros de la ejecutiva los que copaban los micrófonos: el colectivoSOS por la Educación Pública,cuya representante acabó con un "nosotros estamos haciendo cosas, y vosotros ¿qué haréis?" en un vocativo nada complaciente hacia la primera fila. Yo lo prefiero así, una y mil veces. LaPlataforma Aigua és Vida clamó por que "ninguna familia se vea privada del agua, pueda o no pagarla". Después fue el turno deDiosdado Toledano,de la plataforma para la ILP por laRenda Garantida Ciutadana, que levantó a los asistentes de sus asientos contando cómo la Generalitat había hecho todo lo posible por que esta plataforma no pudiera llevar a cabo la recogida de firmas, y gritando a pleno pulmón que sin esta renta, la democracia moriría.

Una vez pasada la emoción volvimos a la parte más burocrática de la asamblea, e inesperadamente llegó el gol en el Sardinero cuando ya recogíamos:Dolors Camatsal leer la propuesta de ejecutiva que habría de ser votada, nombró aJosep Vendrell como nuevo secretario general de la organización. "Seré un coordinador", me diría él un poco más tarde (ya veremos si le creo). Siempre humilde, siempre detrás, un gran coco, me cuentan. Nada que no supiéramos ya los que observamos un poco. Qué bien que la política la hagan buenas personas, he leído estas últimas horas. Parecía una buena noticia para terminar el día.

Esto tampoco salió en los titulares de prensa, que el domingo por la mañana seguían buscando la declaración oficial sobre el proceso de independencia, o no, o federalismo, o sí. Y por fin llegó, en forma de resolución, una de las 27 que leyóDavid Cid (responsable de movilización) antes de ser votadas, y otro de los grandes activos "desconocidos" de ICV --valoración personal y defendible ante quien se me ponga por delante: sanidad pública, transporte público, empleo, agua, por un Sáhara libre... y una muy aclamada posicionándose contra el fascismo de todo tipo que recordaría la misma Dolors Camats al cerrar la asamblea.

Pocos medios se han hecho eco de otra cosa que no sea la de buscar el Estado propio para recorrer el camino del derecho a decidir. La segunda cosa que me habría gustado ver diferente este fin de semana --y mira que el domingo por la mañana se han dicho y visto cosas-- ha sido el día en que los partidos nacionales coaligados o no con ICV han venido a acompañar: IU, Izquierda Abierta, Nova Esquerra, Avancem, PSC, Anova Irmandade, Equo, IniciativaVerds Ballears, ERC, Compromís, Nova Canarias ("tienen suerte de tener su lengua, nosotros perdimos la guanche", esto me impresionó), Primavera Andaluza... algunos discursos muy previsibles, otros menos, pero todos confirmando esa necesidad-ganas-vuelta a la necesidad de ir más juntos que separados. Ha habido una ausencia notable: las CUP, que han sido invitadas pero no han acudido. Y no he conseguido saber por qué. He preguntado a fuentes de ICV y de las mismas CUP. Ahí va el tercer fracaso de este fin de semana y tampoco en esta ocasión es interno. Desconozco las razones que les han llevado a no venir y respetándolas, no puedo evidenciar más que la pena de que fuera el único partido invitado que no ha acudido.

Saludo no correspondido de Navarro

Me quedo con el recuerdo de dos momentos esta mañana:Pere Navarro saludando al pabellón y este haciendo caso omiso del mismo (y sin embargo, saludando y observando la llegada deErnest Maragall, deNova Esquerra, y el diputado Joan Ignasi Elena, deAvancem, con interés). Como digo, esta asamblea se la ha currado y la ha ganado la platea, con diferencia. Y muy significativo el gran momento deArcadi Oliveres abordando de forma improvisada el escenario, el público, la sala y los corazones de todos, incluído el de la que os escribe con un "¡nosotros y vosotros somos lo mismo, hemos luchado mucho juntos, y lo seguiremos haciendo!". Muchas veces he escuchado: a Arcadi se lo permitimos todo. Por algo será, digo yo.

Y como era de esperar, Joan Herrera y Dolors Camats han cerrado la asamblea. Están practicando esto de la copresidencia, incluyendo los discursos, y en breve les veremos mejorar las formas. Se ha decidido un cambio de nombre en sus cargos de última hora: de copresidentes a coordinadores nacionales, leo unas horas después. Tanto me da si a mí me importa lo que hagan. No son dos presidentes, es una copresidencia, y han de trabajar en ello, me decían al salir.

Muchas cosas nuevas a testar y ganas de hacerlo. Esto es lo que he visto estos tres días. Y os contaré también lo que no he visto: no hablan de liderar, de ir por delante. No sin vosotros, pero con nosotros también. No he percibido en sus discursos ni mensajes, pero tampoco en sus formas, la arrogancia de la izquierda que todo lo sabe y que espera que abracemos las siglas sin preguntar o cuestionar.

¿Y si todo ha cambiado esta vez? Parece ser que por fin y para siempre, la soberbia ha cambiado de bando.