Un instante

En la vida de las personas y de los pueblos hay momentos concretos, decisivos, capaces de cambiar el futuro. Instantes cruciales, como el que indica el amigoFonalleras, cuando el Vesubio vomitó toneladas de lava y ceniza que petrificaron e inmortalizaron la cotidianidad de Pompeya. Hoy, bajo el azote de la lluvia candente de la injusticia, parece estar gestándose uno de esos instantes, un minuto dramático en el que todo pueda estallar. La ineficacia de los políticos para ofrecer soluciones a las víctimas de los desahucios y las preferentes, la campaña desatinada de la derecha para tratar de desprestigiar aAda Colau,la orden de Interior de identificar a los activistas delescrachey, especialmente, la perspectiva de que todo puede ir a peor hacen temer la llegada de ese instante.

La representante de la PAH no tiene la legitimidad de las urnas, pero sí la de la gente a la que ha defendido ante la pasividad de la política. Elescrachegenera más de una duda al coaccionar a aquellos que sí tienen y actúan con el respaldo de los votos.Colauno puede arrogarse la titularidad única de la democracia, pero demasiados políticos parecen haber renunciado a la defensa de esta. Los tics populistas no se acallan con críticas desquiciadas ni con la policía. Bastaría con ofrecer soluciones y esperanza. ¿Cuántos desahucios, cuánto paro y cuántas familias en el abismo hacen faltan para que el Vesubio entre en erupción?