Al contrataque

Teatro del mundo

Cierre de campaña de Artur Mar en el Palau Sant Jordi

Cierre de campaña de Artur Mar en el Palau Sant Jordi / nas/MK.

Xavier Sardà

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Solo ha sido el primer acto. No se sabe cómo acaba la obra, pero ya hemos visto el primer acto. Buena entrada con división de opiniones.

En la obra parece normal que los partidarios de la independencia consideren que cualquier argumento en sentido contrario es el «discurs de la por». Con un mecanicismo pasmoso los comisarios políticos del independentismo (la mayoría de ellos no son políticos) echan al mismo saco cualquier argumento que relativice su punto de vista.

Bajo el kafkianio epígrafe del «discurs de la por», todas y cada una de la preguntas, críticas o informaciones que de buena fe se puedan plantear van a parar, sin que medie reciclaje alguno, al mismo contenedor. La obra se desarrolla de tal forma que a la honestidad, a la inquietud y a lo que diga el exteniente coronel Antonio Tejero les espera el mismo sumidero. Cuando una causa es tan sagrada, bien vale el sacrificio de la relativización y de los argumentos molestos. Se es patriota o se hace el tal «discurs». Este truco teatral funciona a la perfección. Se evitan de esta forma discusiones densas y se zanjan escenas que aburrirían al gran publico.

En este primer acto emociona también el gran momento L'Etat, c'ést moi con el que el protagonista en plena cruzada se defiende de una acusación. Si un periódico habla de cuentas en paraísos fiscales, se canaliza la acusación como agravio al país entero. Enorme teatralidad.

No es un periódico el que acusa, ya es el Estado en su totalidad. La acusación no es a una persona, es ya a toda Catalunya. Incluso dando por hecho que la acusación sea falsa o una pura confusión con la cuenta en Liechtenstein de la familia del protagonista, la obra nos ofrece un apoteósico momento escénico cuando se produce la transferencia (psicológica). Imponente escenografía cuando se convierte una acusación en una afrenta al país entero.

Bellísimo el coro madrileño intentando llevar al líder al mismísimo averno.

También aparece el personaje del policía con su monólogo. El representante del sindicato de la policía dice que cuando se quiere investigar a un político, la cosa queda en nada. El público agradece la pincelada, pero casi nadie le cree. En muchas obras un personaje serio lo toma el público como un donaire del barroco. Tiene que ensayar más o debe tener mejor texto.

Ha sido un primer acto que ha tenido elementos de comedia de enredo. Cuando el protagonista dice que las exportaciones van muy bien, la Cambra de Comerç de Barcelona, respecto a las exportaciones entre los años 2000 y 2011, aclara: «El hecho de que el número de empresas catalanas que abandonan los mercados exteriores siga creciendo y, además, de forma superior en términos porcentuales que el resto de España, tendría que hacer reflexionar a las instituciones públicas».

«El crecimiento de las ventas de Catalunya al exterior se situó en 2011 por debajo de la media del conjunto del Estado". (El País, 26 de septiembre del 2012).

Ni el fénix de los ingenios. Suenan los timbres. Va a comenzar el segundo acto. ¿Qué pasará?