MIRADOR
Primarias sin trampa ni cartón
El proceso para elegir el cabeza de cartel del PSC en las elecciones municipales del 2015 ha empezado con muchas incógnitas. Como no existe ningún precedente de primarias abiertas nadie sabe cuánta gente puede acabar votando ni dónde situar el éxito o fracaso. Por ahora solo se puede afirmar que no se sabe quién ganará, pero sí quien ha perdido antes de empezar. Que Jordi Martí deba enfrentarse a otros cinco candidatos es una clara señal de que ha suspendido las oposiciones a las que concurría con todas las ventajas materiales cuando hace dos años relevó a Jordi Hereu al frente del grupo municipal socialista. Sería injusto negar las adversas circunstancias generales. Nadie lo hubiera tenido fácil haciendo oposición frente a Xavier Trias en un momento en el que todo ha quedado tapado por el monotema de la consulta. Pero Martí no ha hecho sino agrandar esas dificultades situándose en abierta confrontación con su partido a cuenta de la política catalana. Ahora amenaza con irse si no gana las primarias, lo cual es profundamente desleal con los otros candidatos. Que esa estrategia estaba condenada al fracaso lo demuestra que tanto Laia Bonet como Rocío Martínez, también críticas con la dirección del PSC, hayan decidido disputarle la elección por el flanco, digamos, más catalanista.
Llama bastante la atención que en el peor momento de la historia del PSC, sometido como está a un acoso mediático brutal, se permita una operación tan incierta como unas primarias abiertas. Si fuera ese castillo con fosos y cocodrilos que algunos describen, con unos dirigentes autoritarios, sencillamente las hubieran aplazado hasta mejor fecha. La ausencia de un candidato oficial y, por tanto, el hecho de que no sean unas elecciones de teatrillo, para legitimar a nadie, va a ayudar mucho a que el proceso se desarrolle bien. Tal vez hasta podamos escuchar alguna propuesta interesante para gobernar la ciudad en 2015.
Hay aspirantes que cuentan, eso sí, con sólidos apoyos dentro del aparato, tanto en las agrupaciones territoriales como en otros núcleos de influencia. Son Carmen Andrés, Jaume Collboni y Rocío Martínez. Pero Pere Navarro no apadrina a nadie. Tampoco Carles Martí, que dudó en presentarse y cuya neutralidad ahora va a ser su principal activo al frente de la federación de Barcelona. Gestionar el día después no será fácil.
El camino se hará muy cuesta arriba para todos los candidatos. Conseguir los avales ciudadanos y empujar a la gente a ir a votar no es fácil ni para los más mediáticos. De entrada hay dos nombres favoritos, Bonet y Collboni, y dos posibles sorpresas, Andrés y Martínez. Hasta que empiece el debate en serio, lo mejor que se puede decir es que el resultado está muy abierto. Son unas primarias sin trampa ni cartón.
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