Presente y porvenir

Será interesante ver el papel que jugarán Junqueras y Munté

NEUS TOMÀS / BARCELONA

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El tempo: Convergència necesita ganar tiempo, y con el tiempo, votos. En privado hacía días que algunos dirigentes del partido reconocían que ir a unas elecciones en marzo era mucho más que una imprudencia. Había encuestas que les pronosticaban que no llegaban ni a los 30 diputados. Era un riesgo inasumible. Ni siquiera estaba claro que, esta vez con Oriol Junqueras al frente, pudiese reeditarse un gobierno soberanista. La cuestión era, como siempre en estos casos, quien le comunicaba al Rey que iba desnudo. Al final, un par de diputados de ERC, el entorno palaciego más íntimo, y algunos amigos de toda la vida, se atrevieron a decirle a Artur Mas que solo había una salida: La suya.

El método: Si hay algo que, hasta la fecha, ha provocado urticaria en el seno de CDC es el debate interno, sobre todo, cuando se trata de elegir al jefe. Jordi Pujol escogió a Mas (esperando a que le llegase el momento a Oriol Pujol) y Mas ha hecho lo propio con Carles Puigdemont. Ciertamente el tiempo esta vez apremiaba (era cuestión de horas), pero el líder convergente se encargó de subrayar que el nombre del elegido era cosa suya. Pese a los disimulos, la batalla arrecia. Germà Gordó, que sabía que quedaría fuera del Ejecutivo, ya ha dado el paso al frente y aspirará a ser secretario general del partido. Ahora sí, empieza la partida en el partido.

El elegidoPuigdemont no es un recién llegado al independentismo. Era de los de ‘estelada’ cuando era una cosa casi de freaks, impulsor del CAT en los coches cuando tenías asegurada la multa, y desde su posición como presidente de la Associació Catalana de Municipis per la Independència (AMI) se ha ganado el respeto de muchos alcaldes de Catalunya. Los que le conocen destacan su buen sentido del humor. Falta le hará, falta nos hará a todos.

El GovernEl perfil del Ejecutivo debería ser más político, pero se ha optado por rejuvenecerlo.Será interesante ver qué papel juega Oriol Junqueras, si Neus Munté apunta formas para sumarse a la carrera de la sucesión en Convergència y si Mas pretende ser presidente a la sombra preparando su regreso

El reto: La legislatura está pensada para 18 meses, aunque nadie se atreve a dar por hecho que será así. Llevar Catalunya a la independencia sin disponer de una mayoría social que la respalde es, como mínimo, temerario. Y hacerlo sin tener las garantías de que los términos de la secesión podrán pactarse (deuda, cotizaciones seguridad social, hacienda…) es irresponsable. A no ser que sea una estrategia para forzar al Gobierno central a sentarse en una mesa a negociar…¿Un referéndum? Que no sea que le llamen porvenir pero no venga nunca, como escribió el poeta Ángel González.