PEQUEÑO OBSERVATORIO

Es práctico entenderse... más o menos

Me cuesta reprimirme cuando escucho quese dice de alguien que tiene «una cierta edad»

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JOSEP MARIA ESPINÀS

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Aún hay quien dice refiriéndose a una persona que tiene «una cierta edad». Cuando lo oigo me cuesta reprimirme. Porque una de las pocas seguridades que tenemos en nuestra vida es la certeza de que tenemos 22 años, 40 o 89. Incluso lo certifican los papeles burocráticos, y esta edad legal es la que hay que exhibir en diversos momentos de nuestra existencia. Lo que sí es incierto es que nuestros pensamientos, nuestras capacidades y nuestros deseos respondan al patrón considerado propio de nuestra edad.

Si no me equivoco, Albert Einstein tenía solo 25 años cuando publicó sus primeros y notables trabajos. Antes había hecho estudios de música y ya era un buen violinista.Y es sorprendente que después se dedicara a analizar los efectos fotoeléctricos, la equivalencia masa-energía y, la geometrización espacio-temporal de la física moderna. Ahora, en nuestro lenguaje, aparece la palabra 'relatividad', y la expresión 'esto es relativo'. Detrás está la afirmación de Einstein.

Es curioso cómo usamos popularmente algunas palabras para huir de la rotundidad, algo que un científico o un analista exigente quizá no aceptaría. Nuestro lenguaje coloquial se basa a menudo en esta suposición: «Ya me entiendes, ¿verdad?».

Otras expresiones se aceptan aunque todos seamos conscientes de que no resultan precisas, sino más bien metafóricas: «No es como lo dices, haces una caricatura», «esto no es del todo justo». ¿Del todo? ¿Se puede ser 'algo' justo y 'algo' injusto? «Quizá no, creo que inflas lo que ha pasado». Sí, a veces hinchamos un éxito, y en ocasiones, quizá por envidia, queremos desinflar el entusiasmo del afortunado.

Hay quien no está para matices. Alfonso Guerra –leo en la prensa– ha dicho que los independentistas catalanes son «unos franquistas, corruptos y delincuentes». Evidentemente, no tiene la capacidad analítica de Einstein.