Por sus votos les conoceréis

Sábado por la noche en una población de la costa catalana. Un joven y apuesto candidato local de Ciudadanos pretende entregar un folleto electoral al viandante. "Por si quiere votar el domingo a Albert Rivera", le suelta. En el papelito de color naranja aparece la foto del diputado en el Parlament y en el reverso la del don nadie que se presenta a las elecciones del 24 de mayo. La mejor impostura de lo peor de la política mediática. Pero en las encuestas cabalga a una velocidad que ha logrado despeinar simultáneamente a Mariano Rajoy y a Artur Mas. Provocando a la vez cierta intranquilidad en las filas del PSOE y de Podemos. Ciudadanos se presenta como un producto incoloro, insaboro e inodoro pero con un poso de auténtica españolidad bien entendida y presuntamente honrada.

Los españoles están a punto de entregarle a los desconocidos discípulos de Rivera una importante cuota de poder para los próximos cuatro años pues las municipales son las únicas elecciones que no se pueden adelantar. Los resultados serán también un trampolín para la Moncloa. Para muchos, Ciudadanos es nuevo. No lo es para los catalanes.

C's, a la derecha del PP

Como explicó Rafa Julve en su momento en estas páginas, sus votaciones en el Parlament (donde lleva nueve años) le sitúan a la derecha del PP en temas como el aborto o la atención sanitaria a los inmigrantes. Sus postulados lingüísticos abonan la confrontación que impulsa el sector más agrio del catalanismo. Sus cuentas como partido han sido cuestionadas por la Sindicatura en más de una ocasión. La sonrisa limpia y juvenil de Rivera se transforma, por ejemplo en l'Hospitalet, en el lado oscuro del expresidente del club de fútbol local. Su candidata en Barcelona fue defenestrada como representante del ala dura del PP. Allí donde el PP se muestra sin careta, como en Badalona, no crece Ciutadans.

La nueva política merece una oportunidad pero no para regalársela a los profesionales del oportunismo. Muchos votantes entienden que ese es un mal general de la política pero en este caso no se sabe las gangas que encontrarán a lo largo de la legislatura.