Análisis

¿Por qué silban a Piqué?

ERNEST FOLCH

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Es muy curioso cómo algo tan arraigado como es silbar en un campo de fútbol es de repente una noticia que incluso supera a la del propio partido. Primero fue la rasgadura pública de vestiduras sobre los célebres pitos en la final de Copa, convenientemente alargada a través de expedientes varios, para volver a ser reusada en caso de necesidad.

Pero justo cuando empezábamos a olvidarnos del Barça-Athletic, una nueva silbada, o mejor dicho, unas silbadas en plural, reiteradas y en días distintos, a Gerard Piqué han reavivado el debate sobre esta manifestación tan futbolística. Lo más interesante es que a pesar de tratarse de un acto muy parecido (la expresión de disconformidad dirigida a una persona) se han hecho dos lecturas cómicamente antagónicas. Se ve que para algunos silbar al Rey es un ataque a la democracia mientras que abroncar a Piqué es un signo de libertad de expresión de un público que, se nos dice, es soberano para emitir su opinión.

El argumento se estira todavía más y se sugiere que Piqué recibe su merecido castigo tras su famosa mención a Kevin Roldán el día de celebración de la Champions, y debe por lo tanto acatar lo que expresa la gente. Es cierto, es normal que el público exprese su opinión, sea cual sea, lo que ya no es tan normal es que se usen constantemente dos varas de medir para la misma situación: se les ve el plumero a los que se contradicen y dicen de repente entender los silbidos que tan mal les parecían hace 15 días.

Como dijo Xavi, lo que es realmente interesante es preguntarse por qué se silba, y ya que los que se lo tienen que preguntar no lo hacen cuando se silba al Rey, preguntémonos al menos por qué se silba a Piqué. Es posible que se le abuchee por su mención a Kevin Roldán, hecho que significaría que en pleno 2015 algunos confunden todavía 'la Roja' con el Real Madrid. Es posible que se le abuchee por su negativa a condenar los pitidos al Rey, una paradoja que confirmaría que algunos politizan con sus silbidos lo que dicen no querer politizar. Es posible que le abucheen por su compromiso público con la 'senyera', que muestra legítimamente cada vez que gana un título, sea con el Barça o con 'la Roja', algo que puede tener muchas lecturas, ninguna de ellas tranquilizante. Y es incluso posible que sea por todos los motivos a la vez.

Lo que es seguro es que el rechazo a Piqué no es ningún acto casual sino que muestra un inquietante mar de fondo que explica que en la selección española hay todavía algo profundo no resuelto, una indigestión palpable y nada disimulada con cualquier hecho diferencial. Es decir, que 'la Roja' sería simplemente un espejo de lo que sucede en el Estado. Algún medio muy bien dirigido se preguntaba estos días qué ha hecho Piqué para que le silben: son los que quieren que miremos el dedo, y no la luna. Pero ellos saben, igual que sabemos todos, que la pregunta relevante de verdad es: ¿por qué silban a Piqué?