La clave

¿Podrá Pedro Sánchez?

ALBERT SÁEZ

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Las primeras señales del nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, lanzan algunos destellos novedosos. Oír hablar de la clase media, de la necesidad de hacer reformas en lugar de recortes, de una nueva modernización económica, de cambiar la Constitución, de una cierta idea federal... suena menos hueco que perjurar de los recortes de Zapatero, abjurar del machismo de Arias Cañete o convertir el grave asunto del aborto en el único punto del programa europeo. Suena bien, sobre todo dicho con esa cara de yerno perfecto que tiene el personaje vestido con ese estilo de free friday que lucían los matrimonios de clase media ahora empobrecidos.

El Gobierno del PP se ha apresurado a arrojar un jarro de agua helada sobre el rostro juvenil de Sánchez en forma de sondeo del CIS. En cualquier país civilizado, el organismo que hace los sondeos oficiales hubiera acoplado el calendario de su muestra a la celebración del congreso del principal partido de la oposición. Pero no, a Sánchez le han estallado en la cara los resultados de Pérez Rubalcaba en estado de agonía política.

El 'efecto Podemos'

Ese CIS ha dado el salvoconducto oficial a los sondeos ya publicados por la prensa: lo de Podemos en las europeas no fue un fogonazo. Tenían un antes y tendrán un después. Los de Pablo Iglesias han dado ya el sorpasso demoscópico a Izquierda Unida y laceran de manera letal las posibilidades de que el PSOE siga siendo el partido que aguarda turno de gobierno cuando manda el PP. La derecha mediática y una parte de la vieja izquierda lanzan día sí, día también a Podemos como anzuelo envenenado para que Sánchez caiga en la trampa de machacar a sus nuevos competidores o de intentar rehacer al PSOE como partido antisistema.

Sánchez aguanta el tirón, de momento. No le será tan fácil en los próximos sondeos y menos aún si las cosas se tuercen en las municipales. Hoy por hoy, viendo algunos de sus colaboradores más directos, no deja de ser vino nuevo en odres viejos. Debería preguntarse por qué determinada generación se ha apuntado a Podemos y no al PSOE. Ese es el reto.