La pobreza y la barrera del 48%
El independentismo, gracias a la 'finezza' del Gobierno central, logra izar la bandera social y tejer complicidades fuera de su perímetro ideológico
Enric Hernàndez
Director
Director de EL PERIÓDICO desde el 2010 y licenciado en Ciencias de la Información por la Universitat Autònoma de Barcelona. En 1998 se incorporó al diario como redactor jefe de Política en Madrid. Un año más tarde, asumió la jefatura de la delegación y, en el 2006, fue nombrado subdirector. También trabajó en 'El País' como director adjunto y en el diario 'Avui', donde inició su carrera profesional.
ENRIC HERNÀNDEZ
"Partíamos de bases ideológicas diferentes, pero esta es la grandeza de la democracia: hablando se entiende la gente. Hoy será un día histórico en el Parlament." Así cerró su última intervención en la Cámara catalana el diputado del PP Rafael López, el pasado 23 de julio, al anunciar el voto favorable de su partido a "la casi totalidad" de la ley 24/2015, más conocida como ley de emergencia habitacional y pobreza energética. Con la salvedad de los preceptos que podían invadir competencias del Estado, tanto el PP como Ciudadanos respaldaron una norma impulsada como iniciativa legislativa popular (ILP) por las entidades sociales, con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) al frente.
Sin ser perfecta, la ley 24/2015 ha brindado a los ayuntamientos una potente arma disuasoria ante las entidades bancarias, lo que ha permitido abortar cientos de desahucios. Ese argumento debería haber bastado para que en los despachos oficiales de Madrid se lo pensaran dos veces antes de dar un paso en falso.
Pero nueve meses después de aquella histórica votación, el anunciado litigio entre el Estado y la Generalitat ha llegado al Tribunal Constitucional, precedido por el ruego que Carles Puigdemont formuló a Mariano Rajoy en la Moncloa: impugne usted la norma si así lo estima oportuno, pero al menos, como señal de buena voluntad, no imponga una suspensión que la convierta en papel mojado. Las súplicas del 'president' y del vicepresidente Oriol Junqueras cayeron en saco roto.
En Catalunya, la impugnación ha indignado por igual a liberales y progresistas, a independentistas y federalistas, a soberanistas y autonomistas, propiciando la primera imagen de unidad política desde el inicio del llamado 'procés': la de la cumbre presidida por Puigdemont con la presencia de alcaldesas tan dispares como Ada Colau, Núria Marín, Núria Parlón o Dolors Sabater.
La bandera social
El independentismo, que tras el disgusto del 27-S trata de izar la bandera social para romper la barrera del 48%, toma así oxígeno por la impericia de un Gobierno que aplica 'las generales de la ley' sin reparar en sus consecuencias políticas. Todo 'finezza'.
- Barcelona, “decepcionada” y “preocupada” por que la Generalitat anuncie una desalinizadora flotante en el puerto sin avisarle
- El presidente del PP de Esplugues coló durante años facturas personales como gastos del partido para pagarlas con dinero público
- Sumergir los pies en vinagre, la nueva tendencia que arrasa: estos son sus beneficios
- Airbnb aconseja a los propietarios que no anuncien las piscinas en sus alojamientos turísticos
- Muere ahogado un adolescente de Sant Fruitós de Bages al lanzarse a una poza
- Abre en Barcelona un museo dedicado a Belén Esteban
- García-Castellón y Gadea dejarán sus plazas en la Audiencia Nacional y Pedraz sopesa hacerse con el juzgado del Tsunami, por Ernesto Ekaizer
- Un aparatoso incendio en un solar de Montcada i Reixac obliga a evacuar un asentamiento barraquista