La clave

El plan E, versión Rajoy

ALBERT SÁEZ

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Nunca sabremos qué habría pasado si Zapatero hubiera cogido el toro por los cuernos y en lugar de inventarse el plan E hubiera hecho estallar de una tacada la burbuja inmobiliaria y el sistema financiero. El presidente socialista gastó entre el 2008 y el 2009 casi 12.000 millones de euros en obras públicas municipales para atajar el desempleo en la construcción. No sirvió de nada porque, en la receta de Keynes, los estímulos fiscales eran para invertir y no para gastar. La diferencia es sustancial. Zapatero lanzó ese plan para intentar que los barones socialistas ganaran las elecciones municipales y autonómicas  del 2011. El problema es que no llegó a tiempo porque en mayo del 2010 la comunidad internacional le requirió a hacer un tijeretazo de 15.000 millones de euros, los que se había gastado sin tenerlos más los intereses para financiarlos. La versión hispánica del keynesianismo confundió gasto e inversión. Las plazas y las calles asfaltadas no estimularon la economía, solo alargaron la agonía.

Dopaje

Rajoy nos trae ahora la versión cañí del capitalismo neoliberal.  El coro del aznarismo lleva dos años machacando a maricomplejines porque en lugar de bajar los impuestos los ha subido. Y ahora, aprovechando el vacío de poder en la UE, el presidente ha vuelto a la doctrina de 1996: bajar impuestos para estimular la economía. Nuevamente se confunde lo accesorio con lo fundamental. El éxito de la economía española se debió principalmente a la entrada en el euro y al acceso a créditos a bajo interés para alimentar la burbuja inmobiliaria. La prueba del nueve es que cuando el crédito se cortó en seco la economía entró en colapso porque el superávit anterior no se basaba ni en la competitividad ni en la eficiencia sino en  el crecimiento a crédito. Montoro quiere ahora rizar el rizo y pretende prestar dinero a los contribuyentes reduciendo la presión fiscal para que el crecimiento del consumo compense la caída de ingresos. Una operación de dopaje en toda regla que acabará como el rosario de la aurora: más inflación y más recortes para compensar los 9.000 millones de descenso en los ingresos. Más los intereses.