El 'plagio' de Rusiñol

RICARD RUIZ GARZÓN

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La escritora Mercedes Abad va contando por ahí que la ha plagiado, pásmense, Santiago Rusiñol. Sí, sí, el de L'auca del senyor Esteve. O sea, que según ella la ha plagiado... ¡con cien años de adelanto! La boutade, que en manos de otro no merecería una línea, promete tanto bajo la batuta de la gran Abad que se impone la investigación. Y sí, en efecto, ella publicó hace un año, en febrero de 2014, La niña gorda (Páginas de Espuma), una cuentela o mezcla de novela y cuento cuyas diversas piezas se acercan al personaje autobiográfico del título cerrando un círculo sobre la orondez que ya abrió en Sangre y Ligeros libertinajes sabáticos. Al cabo de unos meses, una amiga la felicitó porque iba a ser traducida en la colección de clásicos de un diario en catalán, y otra por el anuncio de su libro en el catálogo de L'Avenç. No era su libro, claro.

Tirando del hilo y leyendo en Selecta las Obres Completes de Rusiñol descubrió Abad algo que ignoraba: que el catalán había escrito en efecto La 'Niña Gorda', así, con niña gorda en castellano, coincidiendo con su título pese a la diferencia idiomática, y que lo había hecho un siglo atrás. La astracanada del barcelonés sobre una joven de esperpéntica obesidad, con la que su conciudadana se rió por vez primera desde la muerte de su padre, llevó a otros sorprendentes hallazgos: no solo las reediciones de La 'Niña Gorda' de Rusiñol acabaron saliendo un año después que La niña gorda de Abad, este febrero, ni la primera novela había sido escrita en 1914 y la segunda en 2014, sino que Rusiñol nació además en febrero de 1861 y Abad, en febrero de 1961. Demasiados azares. Infatigable, la autora de Amigos y fantasmas siguió investigando y descubrió que Rusiñol coqueteó en su día con las drogas. Conclusión: el pintor y escritor, alucinado, tuvo una visión de la aún inexistente obra de Abad y, hermanado por su amor común hacia lo dionisiaco, le plagió el título para mandarle un guiño a través del tiempo. Lean ambas niñas gordas y compruébenlo. Se lo merecen. Por lo buenas que son y por este fabuloso reclamo de los ya amigos para siempre Mercedes y Santiago.