Pequeño observatorio

El placer de poder cantar

Las canciones pueden ser un medio tan sencillo como poderoso para animar a mucha gente

zentauroepp40933223 cassa   girones   avis d una resid ncia ensenyen can ons gir171122171857

zentauroepp40933223 cassa girones avis d una resid ncia ensenyen can ons gir171122171857 / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

He leído en EL PERIÓDICO una noticia que me ha gustado mucho. Los estudiantes del instituto de Cassà de la Selva recuperan la memoria musical de los ancianos del geriátrico para el archivo digital Càntut. La propuesta de Albert Massip parece que es un éxito. Se han incorporado a ella alumnos de padres inmigrantes nacidos aquí.

Yo me enamoré de las canciones cuando era adolescente, pero el interés creció cuando se puso en marcha la Nova Cançó. En un tiempo de cancioncillas más o menos tópicas que invadían las radios, las canciones que despertaban realidades sociales –y además lo hacían con intención lírica o literaria– abrieron un camino paralelo al de la ya arraigada canción francesa.

Si no me equivoco, el festival Càntut de Cassà de la Selva también tiene una voluntad de socialización. Las canciones pueden ser un medio tan sencillo como poderoso para animar o reanimar a mucha gente. Y ayudar al fortalecimiento de una conciencia colectiva. Oír cantar a un ruiseñor es muy bonito, quizá enternecedor. Oír cantar a un grupo de personas que tienen una experiencia madura de la vida es sentir que la pasividad es, por definición, una triste renuncia.

Gabriel y Galán no fue, para mí, un gran poeta, pero esta pequeña exageración me parece sugestiva: «Un alma sincera lo único que siente es lo que canta». A mí me gusta cantar. Fui feliz interpretando algunas canciones en público, en aquellos tiempos lejanos de los Setze Jutges. Y no he olvidado algunas canciones francesas e inglesas. «Y yo me voy, clopin, clopan, en medio del sol y en medio del viento. Como arranca el vuelo una golondrina, la vida huye demasiado deprisa...».

¿Qué inconsciente creó la moda de convertir el bellísimo y alegre y vital Cant dels ocells en un lentísimo canto funeral? Por favor, cuando me muera liberadme de esta manipulación.