Pincha el globo independentista
Siscu Baiges
Profesor asociado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAB, periodista y vicepresidente de la asociación Solidaridad y Comunicación (SICOM).
SISCU BAIGES
Me he apuntado a la táctica de Jordi Evole en 'Operación Palace' para atraer la atención de los lectores hacia este artículo. El título correcto debería estar entre interrogantes, pero entonces habría tenido menos gancho. Una pregunta no presupone una respuesta conflictiva, polémica, que incentive la curiosidad por la lectura del texto
Sin interrogante, el título provocará el interés de los que desean que el globo independentista piche. Y los que estánsubidos en él lo leerán --por lo menos, los primeros parráfos-- indignados por una afirmación que les disgusta.
No es una afirmación mía. La hemos leído en los últimos días en algunos medios de comunicación alejados de la causa soberanista. La cuestión radica en saber si responde más a su esperanza en que ese pinchazo de produzca que a la realidad.
Hace tiempo que no se producen grandes manifestaciones populares de apoyo a la independencia. La Asamblea Nacional Catalana continúa su campaña de actos por toda Catalunya y las banderas estrelladas siguen luciendo en las ventanas de muchos domicilios y en los accesos de muchas poblaciones. Un fenómeno curioso es el estado impecable de muchas banderas, como si fuesen recién compradas, lo que implica que sus propietarios las limpian a conciencia o las renuevan regularmente.
Algunos profesores de instituto y universidad me comentan que el debate independentista ha perdido la vitalidad de tiempo atrás. Por cansancio o consolidación, pero se vive ahora con menos apasionamiento. Que la consulta ya tenga fecha y que el gobierno de la Generalitat haya aprobado sus presupuestos y no zozobre, garantizado como tiene el apoyo de ERC, quizás ha hecho que parte de las personas implicadas más directamente en el debate hayan relajado su compromiso personal. Las huelgas en TV3 y Catalunya Ràdio han contribuido a desdibujar la presencia del contencioso soberanista en unos medios que marcan directrices que asume una parte considerable de la sociedad catalana.
Pero de ahí a deducir que el globo independentista se está deshinchando hay un trecho que no se puede recorrer sin más.
La lectura probablemente más acertada es que el globo se ha quedado suspendido en el aire. Que suba o baje dependerá de las decisiones que adopten políticos y grandes medios de comunicación en los meses que se avecinan. Bajará si el gobiernon catalán vuelve a cometer errores como la comparación de los procesos de Catalunya y Ucrania. Subirá si Escocia vota SI en el referendo por su independencia previsto para el 18 de setiembre. El tono y los resultados de la campaña electoral europea también influirán en la estabilidad y altura que alcance este globo.
En todo caso, mientras se resuelve esa pregunta malévolamente no formulada en el titular del artículo, sería recomendable que las opiniones a favor y en contra de la independencia pudiesen expresarse en el máximo posible de medios de comunicación para evitar que se entre (o se siga) en un debate de trincheras mediáticas, donde a la falta de diálogo y acuerdo entre políticos se añada el maniqueísmo de los medios y, de rebote, de los ciudadanos.
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