Ideas

El peso de las miradas

JUAN VILLORO

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Ediciones de la Flor acaba de lanzarNegar todo y otros cuentos,libro póstumo deRoberto Fontanarrosa.El escritor y caricaturista rosarino murió en el 2007, pero su legado pasó a la congeladora por litigios legales. Finalmente, su editor,Daniel Divinsky,publicó los relatos que devuelven de cuerpo entero al narrador que tuvo la originalidad de considerar que los lectores eran amigos íntimos con los que debía compartir las bromas, los caprichos y las irritaciones que se dicen en confiada cercanía.

Con frecuencia, los cuentos del Negro Fontanarrosa se estructuran al modo de una tertulia donde las interrupciones de los recién llegados y de los despistados que están pensando en otra cosa cambian el rumbo de la trama.

Su pasión más conocida fue el Rosario Central, equipo que lo honra llevando en el pecho uno de sus dibujos. Acaso se trate de la única camiseta con una obra de arte además de anuncios.

El caricaturista deBoogie el AceitosoeInodoro Pereiratuvo dos impedimentos para ser un crack: uno fue la pierna izquierda; el otro, la derecha. No es extraño queNegar todocomience y cierre con cuentos de fútbol. El último,La mirada de los otros, reflexiona sobre los abusos visuales de la época.

Las pinturas rupestres han sido puestas a salvo de las fotografías que desgastan esos colores ancestrales. Nosotros no somos tan antiguos pero estamos sometidos a un escrutinio más agudo. ¿Cuántas fotografías resiste un ser humano antes de comenzar a disolverse?

Se dice que un futbolista debe sobrellevarel peso de la camiseta,símbolo de un club. SegúnFontanarrosa,es más arduo soportar el peso acumulado de los ojos que miran en un estadio, ven por televisión, retratan con teléfonos móviles. Demasiado visto, el héroe deLa mirada de los otrossufre una peculiar metamorfosis.

Artista visual y narrador, el Negro mejoró la reputación de las malas palabras y criticó el progreso, esa molestia que destruye la intimidad y obliga a despertarse temprano. Su despedida no podía haber sido más congruente. En su último relato revela lo que durante años revelaron sus caricaturas: los ojos son un arma.