La clave

Pesimismo en retirada

JUANCHO DUMALL

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Ya que no podemos cambiar de país, cambiemos de conversación. La frase, atribuida en múltiples variables aJames Joyce, parece hecha a medida para el Gobierno deMariano Rajoy. El punto de inflexión fue la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del pasado 26 de abril. En tan sonada ocasión, la vicepresidenta del Gobierno,Soraya Sáenz de Santamaría, y los dos ministros económicos,Cristóbal MontoroyLuis de Guindos, vinieron a decirle al país que la lucha contra el paro se daba por perdida en esta legislatura. Fue uno de los grandes jarros de agua fría que en los últimos años han caído sobre la opinión pública española. Pero fue también la constatación de que el Ejecutivo del PP había agotado su proyecto. El único mensaje que llegaba desde la Moncloa era que tuviéramos paciencia.

Alguien debió de pensar en aquel catastrófico momento que el presidente necesitaba un nuevo discurso. Ya que era incapaz de cambiar de política, al menos, que cambiara de conversación. Y ahí tienen que menos de un mes despuésRajoyproclama que «el pesimismo ya está de retirada en nuestro país». El buen dato del paro registrado en mayo ha sido el gran argumento para ese cambio de decorado. Solo los agoreros de siempre insisten en que la creación de empleo del mes pasado tiene más que ver con la llegada del calor que con un impulso de la economía.

Segunda etapa

El Gobierno, como cuenta hoy en este diarioGemma Robles, cree que hemos entrado en una segunda etapa de aumento de la productividad, factor que al parecer es el que nos hará libres. La ganancia de competitividad por la vía de la destrucción de empleo ha terminado y el déficit parece definitivamente embridado. ¡Albricias! Y ahora llega la nueva fase, en la que la economía será más eficaz a base de contener los precios y, por lo tanto, los salarios. E incluso se insinúa ya un tercer estadio en el que será posible bajar los impuestos.

Como ven, todo son buenas noticias. Lástima que siga siendo verdad la confesión del tríoSoraya-Montoro-Guindosaquella dulce mañana de abril: en esta legislatura no bajará el paro.