Querella fiscal

Perversión

La querella del fiscal general por el 1-O es una mentira colosal, cargada de desprecio y de ceguera intencionada

El fiscal general del Estado, José Manuel Maza

El fiscal general del Estado, José Manuel Maza / jma

JOSEP MARIA FONALLERAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

 A raíz de la corrupción en el entorno del Canal Isabel II, en la moción aprobada por una amplia mayoría del Congreso hace cinco meses se pedía la destitución de José Manuel Maza «por incumplimiento grave y reiterado de sus funciones». Poca broma. Era la primera vez que la cámara reclamaba un cese de la más alta autoridad del ministerio público. Como es fácil de comprobar, Maza aún es fiscal general, y ejerce sus funciones con querellas como la de rebelión contra Carles Puigdemont, los consellers depuestos y parte de la mesa del Parlament.

Leerla con atención es un ejercicio emocional arriesgado, pero necesario. Sabemos que el 1-O hubo «un levantamiento violento», con una «multitud enardecida que desplegaba toda la fuerza con su superioridad numérica». Una población que hacía uso de una «violencia compulsiva», con actos como «patadas a agentes de la autoridad».

Cuesta mucho no indignarse al leer la apreciación del fiscal en el intento de convertir ese día de dignidad cívica en una jornada donde la violencia, el caos y «los disturbios» fueron provocados por la «multitud», la «turba», las «barricadas humanas». Cualquiera que fuera testigo de los hechosdel 1-O que detalla la querella se escandalizará ante esta perversión consciente de la realidad: las fuerzas policiales no fueron las agresoras sino las agredidas. Es simplemente una mentira colosal, cargada de desprecio y de ceguera intencionada.