Dos miradas

Perros de presa

EMMA RIVEROLA

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Un muchacho de 16 años grita y llora. Lo agarra un soldado israelí mientras un perro de presa le hinca las fauces en el costado. El vídeo aparece en la web de B'Tselem (Centro de información israelí para los derechos humanos en los territorios ocupados), una asociación creada por académicos, abogados, periodistas y miembros del Parlamento de Israel. La grabación ha causado tal impacto que el Ejército se ha comprometido a investigar los hechos. No es la primera vez que los soldados israelís utilizan perros para perseguir a los jóvenes. Según B'Tselem, es una práctica habitual. En operaciones de detención, lanzan un perro contra un grupo de civiles. Cuando el animal agarra su presa, la mantiene aferrada hasta que llegan los soldados. A veces es necesario utilizar una pistola eléctrica para liberar a la víctima.

No hay superviviente de un campo de exterminio que no recuerde con terror los perros guardianesPrimo Levi escribía sobre «esos perros adiestrados para despedazar hombres». Neus Català reconoce que pasaba por delante de la perrera sin respirar. Conchita Ramos, otra superviviente española, no olvida cómo una guardiana gritó el alto a un niño de 4 años. El pequeño siguió corriendo y la mujer azuzó a un perro y el animal descuartizó al niño. El terror cambia de uniformes. También de víctimas. Y en el combate de la memoria contra el miedo y el odio acumulados, no siempre gana la justicia.