Pero ¿quién se puede creer a Rajoy?

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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De verdad, en serio, yo flipo, pero tengo la sensación de que soy el único que alucina. ¿De verdad es Mariano Rajoy la persona, el dirigente, el político, el presidente de Gobierno ideal para presentar 20 propuestas contra la corrupción? ¿En serio alguien se puede creer que Rajoy, salpicado por un montón de casos, enormes, grandiosos, por resolver, por explicar, por juzgar, por reconocer por él mismo y su partido, tiene la suficiente credibilidad como para presentarse en el Congreso y decir "esto lo limpio yo en un periquete"? ¿De verdad, se puede ser pirómano y bombero a la vez?

Lo digo en serio, muy en serio, no salgo de mi sorpresa. La misma persona, me da igual dirigente, político o presidente de Gobierno, que pidió a Luis Bárcenas que resistiese ("Luis. Lo entiendo. Sé fuerte. Mañana te llamaré") se presenta ahora con un portafolios con 20 propuestas para liquidar la corrupción. ¿Va esto en serio? ¿Lo dice convencido de que nos lo vamos a creer? ¿De verdad el mismo político que calificó los múltiples casos de corrupción de su partido –Gürtel, 'papeles de Bárcenas' y/o 'tarjetas B'– de "algunas pocas cosas", pretende ahora hacernos creer que va a ir contra todo eso y más?

No es creíble, claro que no. Como no lo es que ese mismo señor se presente ante los representantes de todos los españoles con una biblia para fomentar "la convivencia democrática" tras torpedear una simple votación. No tenemos por qué creernos a Rajoy. O, sí, simplemente pretende salvar a los suyos. O mantenerse en el puesto. Eso es posible, pero que le creamos es otra cosa. Bueno, es imposible.