opinión

Pero, ¿se han recortado o no los estados de Bienestar autonómicos durante la crisis?

JOSÉ MANUEL DÍAZ PULIDO Y ELOÍSA DEL PINO

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En los últimos meses, la ciudadanía debe de estar perpleja porque ya son varios los políticos analistas que han afirmado que, en realidad, los ajustes realizados por los gobiernos autonómicos desde que comenzó la crisis no han sido sustantivos e incluso que la desviación en los objetivos de déficit que se produjo en 2015 está relacionada con la incapacidad de las Comunidades Autónomas (CCAA) para recortar sus gastos. Sin embargo, cualquier español es capaz de enumerar una docena de recortes en las políticas sociales autonómicas sin demasiado esfuerzo. ¿Quién tiene razón?

En el curso de una investigación llevada a cabo en el marco del proyecto CRISAUTCRISAUT, hemos intentado explicar  lo ocurrido con el gasto social durante el periodo comprendido entre el 2007 y el 2013 en cinco CCAA. Este ejercicio no es sencillo puesto que los datos disponibles tienen importantes limitaciones (véase Aramburo y Pérez – 2014 o de la Fuente), la primera de las cuales afecta al periodo que puede analizarse con cierto rigor en el momento de escribir estas líneas, que llega solo hasta el 2013.

Tratando de superar estas limitaciones, aquí se ofrecen varios indicadores que proporcionan una visión comprehensiva de lo que ha sucedido en estos años con el gasto social de competencia autonómica que alcanza nada menos que el 70 por ciento de su presupuesto. Si no se analizan estos indicadores en conjunto, no se puede obtener una visión ajustada de lo que realmente ha ocurrido con los Estados de Bienestar autonómicos.

Si comparamos el gasto social en porcentaje del PIB regional de cada CA antes de la crisis (2007) con en el del 2013, podría concluirse que solo en dos de las cinco regiones se ha recortado (Castilla-La Mancha y Madrid) (columna 1, Tabla 1). Sin embargo, las subidas del cociente gasto social sobre el PIB en Catalunya y Asturias no se deben a que el gasto social sea mayor en el 2013 que en el 2007, sino al hecho de que el PIB ha disminuido. En ambas CCAA el gasto social en euros corrientes en el 2013 es similar al del 2007 (columna 2, Tabla 1), mientras que en Andalucía es ligeramente superior. Este indicador que se usa muchas veces para medir el esfuerzo en bienestarno es siempre el más apropiado para medir los recortes puesto que la evolución del PIB juega un papel muy importante y una caída del mismo traslada la impresión de que aumenta el gasto, por ejemplo.

Si comparamos el gasto social de cada CA en porcentaje del PIB, no en el 2007, sino el año en que más se gastó durante la crisis (2009 o 2010 según la CA) con lo que se gastaba en 2013, los recortes son más visibles, está vez en todas las CCAA, especialmente en Castilla-La Mancha, donde este gasto ha disminuido en 4,8 puntos porcentuales (columna 3, Tabla 1). Debe recordarse en este punto que durante los primeros años de la crisis, todas las CCAA, al igual que los gobiernos de la práctica totalidad de los países desarrollados, reaccionaron con políticas anticíclicas, con el objetivo de evitar una caída drástica de la actividad económica y responder a las necesidades de la población.

Tabla 1. Varios indicadores sobre el recorte del gasto social durante la crisis en varias CCAA % (con datos disponibles desde finales de 2015)

Fuente: elaboración propia a partir de: gasto no financiero total en todos los años (MINHAP, sin fecha a), saldo de la cuenta 413 en 2008 y 2009 (de la Fuente, 2015) y saldo de la cuenta 413 desde 2010 hasta 2014 (MINHAP, sin fecha, a). *Se ha incluido el saldo de la cuenta 413 íntegramente como gasto sanitario. **El gasto dedicado a políticas sociales se ha calculado sumando los epígrafes 2. Actuaciones de promoción y protección social y 3. Producción de bienes públicos de carácter preferente (excluyendo cultura) de la clasificación funcional del gasto público contenida en los presupuestos. **Población de derecho a 1 de julio de cada año, INE. ***Inflación, INE, serie homogénea del IPC autonómico con precios de 2008. *** PIB, INE, contabilidad regional, serie homogénea con base 2008.

A pesar de lo dicho hasta ahora, algún lector podría considerar el recorte insuficiente. Sin embargo, si se utiliza el indicador de gasto social por habitante en euros constantes (con el fin de controlar por la inflación), que seguramente es más adecuado para valorar el posible impacto que los recortes han tenido en los ciudadanos, las afirmaciones sobre el escaso alcance de los ajustes, cambian. En este caso es sustantivamente menor en 2013 que en 2007 (columna 4, Tabla 1) y aún más reducido si en vez de comparar entre las mencionadas fechas, se compara entre 2013 y el año en que más se gastó (2010 en Cataluña y 2009 en el resto de las CCAA analizadas) (columna 5, Tabla 1). Utilizando estos dos últimos indicadores, habría que reconocer que en la Comunidad Autónoma donde menos se ha recortado, el ajuste ha alcanzado un sustancioso -11,4 por ciento.

Veamos ahora las diferentes políticas sociales sectoriales. La sanidad representa alrededor del 40 por ciento del gasto público autonómico. Este gasto cayó menos que el PIB en todas las CCAA entre 2007 y 2013 (columna 1, Tabla 2.1.), sobre todo en Asturias. En 2013, Asturias dedicaba un 7,1 por ciento de su PIB a sanidad, frente a Madrid o Cataluña, regiones que destinan el 4 y el 4,5 por ciento respectivamente. Si comparamos el gasto sanitario en porcentaje del PIB regional que se gastaba en 2013, no con 2007, sino con el año que más gastó durante la crisis (2009 o 2010 según la CA), vemos que en todas las CCAA se ha recortado (columna 2, Tabla 2.1.).

Pero el recorte sanitario es mucho más importante cuando se mide en euros constantes por habitante (columnas 2 y 3, Tabla 2.1.). Aunque unas más que otras, todas las CCAA han recortado su gasto. Asturias es la región que menos recorta, frente Cataluña si el periodo que se compara es 2007 y 2013 o frente a Castilla-La Mancha, si se compara 2013 con la anualidad de máximo gasto.

Tabla 2. Varios indicadores para medir el alcance de los ajustes en tres políticas sociales de competencia autonómica durante la crisis (con datos disponibles desde finales de 2015)

Fuente elaboración propia a partir de MINHAP (sin fecha a) e INE (sin fecha a) SANIDAD: *Los datos corresponden al Gasto Público No Financiero. En sanidad en Madrid incluye capítulo 8 (gasto en adquisición de activos financieros), ya que a Madrid ha contabilizado en este capítulo importantes aportaciones a entidades públicas sanitarias que realmente, y como ha reconocido la IGAE, son gastos corrientes o de capital.**Se ha computado todo el gasto extra presupuestario de la cuenta 413 dentro del gasto sanitario.***.Población de derecho a 1 de julio de cada año, INE. **** PIB, INE, Contabilidad Regional, serie homogénea con base 2008.

Por lo que se refiere a educación, entre el 2007 y el 2013 la inversión en educación en porcentaje del PIB total ha descendido en todas las CCAA, excepto en Andalucía donde ha crecido. Si se analiza el gasto por habitante, todas las CCAA examinadas en este artículo han recortado intensamente en educación (columna 1, Tabla 2.2.), con más de un 20 por ciento de recorte, con la excepción de Andalucía.

Finalmente, todas las CCAA han incrementado el porcentaje del gasto en servicios sociales y promoción social en relación al PIB si se compara el 2013 respecto al 2007. Si se coteja el 2013 con en el año de máximo gasto, la inversión en servicios sociales solo sube en Asturias. Por lo que se refiere al gasto en esta partida por habitante, todas las CCAA gastaban más en 2013 que en 2007, con la excepción de Castilla-La Mancha. Sin embargo, si se compara el gasto en esta partida en el 2013 respecto al año en que este alcanzó un valor más alto, todas las CCAA lo recortaron, aunque Asturias solo lo hizo en un 1,5 por ciento frente a Castilla-La Mancha (45,7 por ciento) o a Catalunya (un 22,6 por ciento).

Es como mínimo superficial, por tanto, tratar de trasladar la idea a los ciudadanos de que las CCAA no han realizado importantes ajustes. Por un lado, se ha tratado de mantener el esfuerzo en sanidad y en servicios sociales y promoción social (no en educación) intentando gastar más o menos en la misma proporción que se gastaba antes (a pesar de que, por ejemplo, en promoción social debería haber aumentado debido a la ley de dependencia). Pero, por otro lado, aunque los políticos acostumbran a ser cuidadosos con el gasto social porque éste es muy popular y su recortes les puede hacer perder elecciones, la intensidad de la crisis ha sido tal que los gobiernos autonómicos no han tenido más remedio, bien con medidas diseñadas desde el gobierno central o con iniciativas propias, que meter la tijera en una partida que representa el 70 por ciento de su presupuesto. El gasto sectorial por habitante en euros constantes se ha visto muy reducido y va a ser muy difícil que pueda recortarse más sin dañar significativamente los servicios, ya que en el 2013, con una cantidad de dinero similar a la que se gastaba en el 2007 ha habido que atender a más población y comprar bienes y servicios más caros, lo que se ha logrado en ocasiones a costa de la calidad de ciertos servicios, tal como lo han percibido los ciudadanos. Lo lógico es que de una vez por todas se haga una reforma fiscal justa y que proporcione recursos suficientes para mantener el sistema de bienestar. La otra alternativa es que los nuevos recortes se realicen, además de en las Comunidades Autónomas, también en la Administración General del Estado y la Seguridad Social.