La clave

Periodismo en tiempos de activismo

ENRIC HERNÀNDEZ

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La emisión del documental 'Ciutat Morta' en Canal 33 ha producido un fuerte impacto emocional en la opinión pública catalana. Tan fuerte, que las dudas que la cinta siembra sobre la actuación policial y la instrucción judicial del 4-F se han convertido a ojos de muchos en certezas, cuando no en dogmas de fe. En el imaginario popular, los condenados por la Audiencia Provincial y el Supremo, perfectos desconocidos hasta hace bien poco, son súbitamente víctimas inocentes de un sistema corrupto. Tienen que serlo.

Los autores del largometraje admiten que su finalidad --sin duda legítima-- no era ejercer de periodistas, sino de activistas: agitar conciencias para reabrir un caso dos veces sentenciado.Y a fe que lo han logrado: hasta el Parlament ha instado a la justicia a revisar la causa. Lo que viene siendo la división de poderes...

Ante el fenómeno 'Ciutat Morta', el deber de la prensa es recapitular: analizar primero si en el 4-F cuestionó, contrastó y rebatió la versión oficial --como hizo EL PERIÓDICO en los casos de Ester Quintana, Juan Andrés Benítez y Óscar Sánchez-- o si, por contra, se la creyó sin más; e investigar después los hechos, la instrucción y a los implicados en busca de testimonios o pruebas que arrojen luz sobre el caso. Así, hemos averiguado que la hipótesis de la maceta fue obra del exregidor Carles Martí (PSC). Y también que, hace pocos meses, uno de los condenados se habría enfrentado a otros guardias urbanos jactándose, según un atestado policial por él desmentido, de haber herido a su compañero en el 2006. Suceso que, aun archivado, aporta información sobre el penado. Y que, de haber empañado la imagen de un policía, hubiera merecido idéntico tratamiento en portada.

Información o populismo

La sana crítica de un sistema que pide a gritos obras mayores, amplificada por unas redes sociales esclavas del retuit y del 'Me gusta', plantea un sugestivo debate: ¿Cuál es la misión del periodismo? ¿Aproximarse sin prejuicios a la verdad, sea cual sea, o apuntalar una 'verdad popular' que satisfaga al público? El poder teme más al periodismo que al activismo. Y si ambos se confunden, triunfará el populismo para regocijo de los de siempre.