El 'pequeño Nicolás' y los Romanones

ALBERT SÁEZ

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La realidad siempre puede superar a la ficción dice el tópico. Este fin de semana lo hemos comprobado. Ni las mentes más perversas del ateísmo se habrían atrevido a difundir una historia como la del clan de los Romanones, esa trama de sacerdotes y laicos de Granada dedicada a abusar de menores de manera sistemática con premeditación y abuso de autoridad. Presuntas orgías en pisos donados por beatas de misa diaria que volverían a la tumba si despertarán en esta pesadilla. Como tampoco los separatistas más creativos se hubieran atrevido jamás a poner en jaque a la seguridad del Estado con un personaje como el llamado pequeño Nicolás, el joven que aprendió a colarse en los cócteles de Estado hasta enloquecer con la pretensión de cobrar comisiones a cuentas del espionaje. El drama actual es que la porquería que aparece ya no puede taparse bajo el manto del franquismo. Es tan democrática como la Constitución de 1978 porque no promovió un cambio estructural sino superficial. Sobrevivió la Iglesia y también la picaresca a pequeña, Nicolás, o gran escala, Rato. Tantas cosas se quisieron salvar que se colaron algunas que hubiera sido deseable erradicar.

Transparencia

Los Romanones ha caído a manos del papa Francisco, posiblemente uno de los líderes globales que mejor ha entendido los aires de este siglo XXI. La respuesta de Bergoglio cuando le llegó la denuncia de Granada fue fulminante: llamó al denunciante, le pidió perdón y ordenó al obispo del lugar que abriera una investigación. Ahora le exige que colabore con la justicia. Giro radical y transparencia absoluta.

El drama es que no hay autoridad política en España con suficiente liderazgo como para hacer lo mismo con el pequeño pequeñoNicolás. La trama de la casta al descubierto por un poco más que adolescente con aires de grandeza. Las altas instancias del Estado haciendo comunicados y desmentidos de una historia que, sin algunos antecedentes como las tarjetas 'b', nadie habría creído. Pero, claro, en un país donde los curas hacen orgías en los pisos heredados de las beatas y Rato saca efectivo a las 12 de la noche, Nicolás podría ser grande.