Pequeño negocio familiar

Agosto. Llueve. Sobre las tres de la tarde aparecen nubarrones que cubren el cielo y descargan agua con cabreo de siglos, de manera intermitente, durante las cuatro horas siguientes. Luego, fresquito. ¡Qué digo fresquito!  ¡Frío! Pido a la recepción del hotel que me suban una estufa. A la mañana siguiente, eso sí, sale de nuevo el sol (tibio sol, blandengue sol, como de mantequilla) y me lanzo a caminar sabiendo que tengo el tiempo limitado, que pasadas las dos, cercanas las tres, empezará de nuevo el proceso y volverá a mojarme la lluvia. Camino a paso rápido. Pero hoy funde a negro antes de lo previsto y sufro una regresión a la infancia: me sorprendo cantando para mis adentros: Sol solet, vinem a veure, vinem a veure; sol solet, vinem a veure, que tinc fred. Los orígenes y la cultura mamada aparecen, para reafirmarse, cuando menos se espera. Llego al teatro, destino final de mi caminata. Hoy veré una matinee performance, que dicen ellos, a las 14.15. ¿Les he dicho ya que estoy en Londres? Lo han deducido, claro.

Ocupo mi butaca y me meto en la función: la historia de una familia, con un padre, hombre ejemplar de fuertes principios morales ya jubilado, y varios hijos que manejan los dineros de la familia. Todo correcto, en apariencia, hasta que algún cambio en la empresa y la aparición de un investigador con más datos de lo deseable descubren que lo que pasa por ser un pequeño negocio familiar oculta en el refajo un montón de operaciones fraudulentas, estafas, extrañas relaciones con firmas extranjeras, maletines de dinero que pasan de los bajos de la cama a lo alto del frigorífico, acciones, todas ellas, de ambición desmedida.

Rabiosa actualidad

No, la función no habla de la familia catalana del momento, pero como si lo hiciera. Me digo que ojalá estuviera viendo esta función en Barcelona, en este mismo momento. Significaría que tenemos una estructura teatral potente, capaz de reaccionar de inmediato. No quiero ni pensar lo que sería esta función paseando por los escenarios de Catalunya ahora mismo, o en los próximos meses. Por si hay algún interesado, la función se llama A small family business (Pequeño negocio familiar), el autor es Alan Ayckbourn (uno de los grandes del teatro inglés) y la escribió en 1987. Lo de ahora, en el National de Londres, es una reposición, al hilo de la actualidad. Rabiosa actualidad. Perenne actualidad. Por desgracia.