Pep Bou, el inimitable rey de la burbuja

El crecimiento de un árbol resulta invisible por lento y el fin de una pompa lo es por rápido

Pep Bou, en 'Bombollavà'.

Pep Bou, en 'Bombollavà'. / DAVID RUANO

JORGE WAGENSBERG

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El idioma español es quizá el único que distingue entre estas tres clases de objetos: burbuja (aire por dentro, agua por fuera), gota  (agua por dentro, aire por fuera) y pompa (aire por dentro, aire por fuera). En cualquiera de las tres variantes se observa una delicada forma, más o menos cerca de una esfera perfecta, sustentada por una no menos delicada estructura. Las tres bellezas se basan en un fenómeno que en física de llama la tensión superficial. Una partícula de líquido en el seno de un líquido está bien equilibrada en cuanto a las fuerzas que actúan sobre ella porque está bien rodeada por otras partículas que neutralizan sus efectos entre sí. Pero si la partícula tiene más partículas vecinas de un lado que de otro, se ve sometida a una fuerza resultante que la atrae hacia dentro o bien hacia fuera del líquido. Esto crea el curioso efecto de que el agua tiene piel. 

La vida ocurre en el agua, por ello muchos efectos propios de los seres vivos se explican como (y gracias a) efectos de estas fuerzas superficiales de los líquidos: insectos que caminan sobre el agua, capilaridad que lleva la sangre o la savia hasta el último punto del organismo, etc. La pompa de jabón es un objeto efímero de una delicadeza exquisita. Se trata de un volumen esférico de líquido capturado entre dos superficies esféricas del mismo líquido que deben su consistencia justamente a las extrañas fuerzas superficiales.

Las moléculas de líquido tienen moléculas de gas por un lado (exterior de la pompa) y también moléculas de gas por el otro (interior de la pompa). Es un recipiente líquido que preserva un cierto volumen de gas en el seno de un ambiente indefinidamente gaseoso. El líquido de las paredes no es estático sino que sus moléculas se mueven con libertad de líquido por todo el estrecho interior que separa las dos próximas superficies esféricas concéntricas de las paredes de la pompa.

HUMEDAD

Por otro lado, según sea el grado de humedad del ambiente exterior, partículas del líquido de la pared exterior se escapan: el recipiente se va evaporando hasta que el objeto burbuja no aguanta más y, en un abrir y cerrar de ojos (mucho más rápido en realidad), la pompa se esfuma según un proceso invisible al ojo humano. Aunque era del todo previsible, la pompa sobresalta al estallar. El crecimiento de un árbol es invisible por lento, el fin de una pompa es invisible por rápido. Curiosamente, casi toda la realidad es invisible por alguna razón… Pero un cerebro humano sabe añadir lo que no se ve para disfrutar de uno de los espectáculos más maravillosos que pueden proponerse desde un escenario. Solo hace falta dedicar toda una vida a la investigación y experimentación de gotas, burbujas y pompas y estar dotado con una mente creadora.

 Así ha conseguido mi amigo Pep Bou ser el mejor 'bombollaire' del mundo y de la historia, un artista de la ciencia y un científico del arte al que tantos intentan emular. Burbujas, gotas y pompas sirven como ejemplo directo o como metáfora para explicar cualquier episodio de la evolución de la materia y la historia del cosmos. La ambición de la ciencia: narrar lo más complejo del modo más simple posible; la aspiración del arte: narrar cualquier aspecto de la realidad por compleja que pueda parecer.

LA PERFECTA ESFERA

Una manera poética de ver el mundo sumada a una comprensión profunda de la física de líquidos y gases obran el milagro. Por ejemplo: si el gas encerrado dentro de la pompa es menos denso que el gas del exterior, entonces la pompa asciende. Si ocurre lo contrario, la pompa desciende. Así se puede aludir a maravillas como la vejiga natatoria de los peces o una simple copa de cava.

Otro ejemplo: si se llena una pompa con humo blanco la pompa se visualiza como una perfecta esfera, la figura más simétrica imaginable y realizable de donde arrancan casi todas las formas de la naturaleza. (Por mucho que se mueva el observador en torno de una esfera, una esfera perfecta se ve siempre como una esfera perfecta). Si ahora disparamos contra ella un grano de arroz la pompa se desintegra tan rápidamente que el humo al principio no «llega a enterarse» y, durante una centésima de segundo, podemos contemplar una sorprendida nube esférica que aún no ha tenido tiempo de ser consciente de su repentina libertad.

Pep Bou, el indiscutible rey mundial de la burbuja, ha sido capaz incluso de introducirse a vivir efímeramente en una pompa. Atento amigo lector por si un día te das cuenta de que tu camino puede cruzarse con el suyo.