Geometría variable

La pendiente hacia el disparate

JOAN TAPIA

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Desde el 25-N, la política catalana progresa adecuadamente hacia el disparate. Ya es estrambótico que el líder del partido que garantiza la mayoría sea, al mismo tiempo, el líder de la oposición. Es un juego de trileros sin parangón mundial. Más extraño es que el Govern -Artur Mas, Francesc Homs, Andreu Mas-Colell- diga que un presupuesto con un déficit del 0,7% es imposible, y que Esquerra Republicana de Catalunya proclame que no lo aprobará nunca, pero que luego -Mas-Colell lo admitió el lunes 11 de marzo- resulte que se puede gobernar todo el año -por supuesto, mal- con la prórroga presupuestaria.

Y que, en ese caso, se tendrá que cumplir el 0,7% denostado porque -hoy por hoy- un presupuesto sin la liquidez necesaria para financiar el déficit -que solo Madrid puede facilitar con el Fondo de Liquidez Autonómica- es papel mojado (léase Geometría Variable del jueves 14). Y, en lógica con lo explicado por Mas-Collell, El Periódico informó el domingo de que la Generalitat ha enviado a Madrid un documento explicando cómo cumplirá el objetivo del 0,7%. Así que la polémica sobre el presupuesto del 2013 solo revela que ERC niega la realidad y que el Govern le sigue el juego. Para no quedar en minoría o porque, como el avestruz, esconde la cabeza.

Lo que pasa -el Govern tiene razón- es que es vital que Madrid suavice el objetivo de déficit y que debería hacerlo ya, sin esperar a la flexibilización de Bruselas a España. Seguramente por eso, el Ejecutivo catalán se reunió el sábado, en secreto pero con crónica ajustada (fotografía incluida) a un diario concreto que transmitió una idea rotunda: Mas ordena a su Govern que abra todas las vías de diálogo posibles con Madrid. Correcto, correcto¿ hay que negociar para que Catalunya pueda respirar. Lo extraño -lo inexplicable- es que el president ordene a sus consellers algo a lo que él se ha negado con exhibicionismo. En septiembre (tras la manifestación), viajó a Madrid y le dijo a Mariano Rajoy: o pacto fiscal a la vasca, o¿ nada. Nada de otra financiación autonómica a lo José Montilla.

Luego convocó elecciones, perdió 12 diputados, firmó un confuso papel con ERC y lanzó el mensaje de que Catalunya era soberana y quiere ser independiente, o sea, liquidar el Estado español. ¿Se puede lanzar este obús con reiteración y exigir luego a los consellers -asustados porque no tienen un duro- que abran «todas las vías de diálogo con Madrid»?

Los políticos meten la pata hasta el fondo -ahí está lo de Felipe González y la OTAN-, pero si quieren seguir vivos deben corregir el rumbo. Mas se hace trampas. A algunos interlocutores vips les confiesa en privado que la única solución es negociar con Rajoy y luego lanza la orden pública de diálogo. Pero, al día siguiente, para abrir boca, el conseller de Empresa i Ocupació, Felip Puig (que es relevante), dice que «España no es solo un Estado ineficiente, sino que también poco comprensivo» (El Punt-Avui).

Y políticos de CDC (Carles Puigdemont, Josep Rull) coquetean con la declaración unilateral de independencia de la ANC. Mas duda entre dialogar-rectificar y la huida hacia delante de otras elecciones anticipadas en un frente único con Esquerra (hay consellers que dudan de que pueda llegar al 2014). Y cuando se duda y se hacen movimientos erráticos, no se lidera. Se va hacia el disparate, o peor¿ hacia el precipicio.