Pequeño observatorio

Pena de muerte por dormir

JOSEP MARIA ESPINÀS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Cómo puedo resistirme a comentar un titular como este? 'Ejecutado por haberse dormido'. Esto ha ocurrido en Corea del Norte. Más sorpresas: ¡el ejecutado es el ministro de Defensa! Y lo han matado ante de cientos de personas. Y disparándole con una ametralladora antiaérea. El terrible delito cometido por esta alta autoridad es haberse dormido en un acto oficial. Yo entiendo al ministro. Las ceremonias oficiales, prolongadas y previsibles, predisponen a la somnolencia. Si hay gente que duerme en un cine, ¿cómo no dormirse durante un ritual fatigoso?

Me parece que cerrar los ojos ante un espectáculo de permanente monotonía es una reacción comprensible. Pero el derecho al aburrimiento, que todos tenemos, va unido al deber de no demostrarlo. Ahora bien, una cosa es que alguien se duerma en una reunión de amigos -yo he presenciado este hecho- y otra que un ministro de Defensa se ponga a dormir en un acto público y patriótico.

Considero que tiene mucho mérito conciliar el sueño manteniéndose de pie en una tribuna o rodeado de ruidosas marchas militares. ¿Lo descubrieron porque roncaba? Prescindiendo de los detalles, lo que es evidente es que un ministro comunista no puede dormir como un santo, pero puestos a repasar expresiones populares quizá sí que se podría decir que dormía como un ángel, teniendo en cuenta que lo mataron con una ametralladora antiaérea...

No puedo recordar quién dijo que dormir era una muerte temporal, pero en el caso del ministro coreano la muerte ha sido definitiva. Lo descubrieron, se ha dicho, porque tenía los ojos cerrados. Me parece una prueba discutible. Porque hay personas que cierran los ojos para concentrarse. Una decisión que, en general, me parece más afectada que necesaria.

Es sabido que ciertos regímenes tienen una tendencia a fusilar. Pero este caso es único: se ha fusilado el sueño.