Pedro Sánchez, en Catalunya

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha visitado Catalunya con el objetivo principal de apoyar a los candidatos del PSC a las elecciones municipales del 24 de mayo. Más consolidado como líder del PSOE, tanto por méritos propios como por pérdida de opciones de la hipotética alternativa, la andaluza Susana Díaz -que bastante tendrá con alcanzar y estabilizar el gobierno de la Junta-, Sánchez ha de exponer de forma clara el proyecto del nuevo PSOE. No tiene mucho tiempo, porque la primera reválida está a un mes vista, en las municipales y autonómicas. Ahí es donde los socialistas han de demostrar si tienen opciones de seguir siendo alternativa al PP en la pugna por el gobierno de España. En la entrevista conjunta con el candidato socialista a alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, que publicamos hoy, Sánchez explica algunas líneas de su proyecto: distanciamiento del PP para refutar el discurso del bipartidismo; regeneración de la vida política y reforma del Estado (federalismo) lideradas no por «fenómenos político-mediáticos y personalistas» (en palabras de Collboni) sino por una nueva forma de hacer política desde «grandes organizaciones como el PSOE» (en las de Sánchez).

Catalunya ha sido siempre un importante -casi imprescindible—granero de votos para las aspiraciones socialistas. No son estos los mejores tiempos del PSC, que ha perdido el espacio central a raíz del debate soberanista, pero su capital político municipal aún es notable. Partido construido desde la base de los ayuntamientos, los socialistas catalanes  aspiran a mantener un buen número de las localidades emblemáticas que gobiernan y tratar de ser decisivos en las alianzas de gobierno en Barcelona. Sin una consolidación en el ámbito local, magro lo tiene el PSC para recuperar posiciones en las autonómicas catalanas del 27 de septiembre y en las generales posteriores.

El PSC debe recuperar centralidad. Ha hecho una apuesta por el federalismo y la revisión profunda del sistema, pero todo esto tendrá muy corto recorrido si el PSOE no apuesta con la misma convicción. Quienes en Catalunya creen en un cambio que permita un futuro de convivencia con el resto de España han de sentir que al otro lado hay quien tiende una mano, mejor un puente por el que se puede transitar. Pedro Sánchez tiene un papel importante en esta tarea.