Pau Donés y la derrota del intruso

Lo suyo sería ponerles hoy la foto de esta despendolada criatura que ha ganado el '<i>show' 'Got talent'</i> (T-5), Antonio Garrido Muñoz, alias 'Tekila', pintor y estucador de Extremadura, que a base de esperpénticas cabriolas por el suelo, intentando hacer un simulacro de 'rockabilly' risible, le ha dado a Tele 5 la gloria de un repunte de audiencia estratosférico. También sería lo suyo poner la espantada de Risto Mejide, levantándose, marchándose del plató («Yo no me voy a quedar aquí aplaudiendo una payasada») y las subsiguientes correrías por los pasillos intentando convencerle de que volviera al redil, peripatética excitación que también ha gustado mucho. Lo cual hace sospechar que no ha sido la 'boutade' del portal Forocoches -votando masivamente y con mucho cachondeo- la causa del triunfo de el Tekila, sino que ha sido una estrategia del propio programa para que Risto monte el número y consiga rebañar más audiencia todavía. Lo suyo, repito, hoy sería dar un golpe visual de un Tekila haciendo 'la mopa' por el suelo (como le dijo Eva Hache), un Tekila que no es Rodolfo Chikilicuatre, porque ni siquiera pretendía hacer de humorista.

Hoy lo suyo de verdad es ponerles la foto, y el video, de Pau Donés en la profunda y delicada entrevista que le acaba de hacer Agnès Marquès en TV-3. Qué extraordinaria lección de vida nos ha dado a partir de su recaída. Sonaba 'Humo', la canción que compuso cuando le advirtieron que un resto de tumor despuntaba otra vez, y se resistía. «Ahora que solo el ahora es lo único que tengo / Ahora, que solo me queda esperar a que llegue el ahora / Abrázame fuerte amor, te lo ruego / Por si esta fuera la última vez», dice Pau en 'Humo'. Podría parecer una canción desesperada. No es así. En la conversación con Agnès nos enseñó su arma invencible: la normalidad ante la llegado del intruso. No hay tragedia. Ni siquiera angustia. Hay una mirada limpia que mira sin renuncia. Decía: «'Humo' es una canción de amor sobre una de mis grandes estimades: la vida». Hay sosiego. Afronta la realidad sin dramatismo. No le permite al intruso ni siquiera la ventaja del tormento. O la inquietud. No hay derrumbe. Hubo un instante precioso, valiente, sabio, útil, cuando contó qué dijo a su familia: «No hagáis de mi cáncer el protagonista de vuestra vida porque de la mía no lo es». ¡Ahh! Yo creo que el 'cangrejo', como llama Pau al intruso, lo tiene crudo. No puede prosperar quien no cuenta para nada. Gran lección la de Pau. Y gran trabajo el de Agnès.