La parte de arriba y de abajo de los bancos

Ana Botín.

Ana Botín.

Jesús Rivasés

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los seis principales bancos españoles -el Popular, en plena catarsis y con presidente recién llegado, no cuenta en esta ocasión- han cerrado, en líneas generales un buen primer trimestre de 2017. Santander (Ana Botín), BBVA (Francisco González), Caixabank (Jordi Güal), Bankia (José Ignacio Goirigolzarri), Sabadell (Josep Oliu) y Bankinter (Pedro Guerrero-Dolores Dancausa) ganaron en conjunto la friolera de 4.113 millones de euros en los tres primeros meses del año, el 28,3% más que en el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, a pesar de lo llamativo de las cifras, que escandalizarán a los no iniciados y servirán de munición a demagogos de todo pelaje, no es oro todo lo que reluce.

En primer lugar, los datos incorporan los beneficios de Santander y BBVA fuera de España. Sin ellos esos seis bancos ganaron en su actividad en el territorio nacional 1.606 millones en el primer trimestre del año anterior, el 30% más que en los tres primeros meses del 2016. Vuelve a ser una cifra respetable, aunque mínima para el volumen del negocio -no llega al 1%-, pero esconde claros y oscuros.

Los expertos distinguen entre la parte de arriba y la parte de abajo de las cuentas de resultados -lo llaman cascada- de los bancos. En la primera figuran los ingresos procedentes de la actividad bancaria, comisiones y operaciones financieras. En la segunda se incluyen costes, ingresos por venta de activos y provisiones, es decir, el dinero destinado a tapar agujeros, por ejemplo los del ladrillo, que como dice Carlos Torres, consejero delegado del BBVA, no llegarán a estar tapados hasta dentro de tres años.

El negocio bancario, como tantos otros, está en plena transformación. Los datos son claros. Los bancos ganaron un 30% más en el primer trimestre del 2017, pero el negocio más típicamente bancario, tomar dinero y prestarlo, el  "margen financiero", cayó alrededor de un 1% y sólo Caixabank logró mejorar el del primer trimestre del 2016. Todo se explica por los bajísimos tipos de interés. En teoría, ese margen mejorará cuando suban, que lo harán, pero ahora las entidades financieras deben lidiar con un asunto que beneficia a los demandantes de crédito, aunque quizá no tanto como debiera.

Los bancos, en los últimos años, han aumentado exponencialmente sus ingresos por comisiones. En el primer trimestre del 2017 alcanzaron la cifra de 1.964 millones de euros, es decir, más incluso que el beneficio total, lo que significaría que sin comisiones los beneficios se esfumarían. Además han aprovechado para vender bonos que tenían en cartera -sobre todo deuda pública- con ganancias por valor de 1.017 millones de euros. Esas plusvalías son pasajeras, pero las comisiones -a pesar de las protestas de la clientela- han llegado para quedarse e irán a más. Son la única manera que han encontrado los bancos para arreglar la parte de arriba de sus cuentas de resultados, de mejorar los ingresos. Gustará o no, pero es la realidad -menos brillante- de un negocio tan impopular como necesario.

TEMAS