La rueda

Parlament nuevo con dilemas viejos

La excepcionalidad de la situación política catalana empieza a generar cansancio y asfixia

JOAN SUBIRATS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Empieza el lunes la andadura del nuevo Parlament de Catalunya. Once legislaturas en 35 años no es un mal promedio. La estabilidad institucional se considera un signo de salud democrática. Si fuera así, deberíamos decir que en los últimos años la cosa ha empeorado, ya que la novena legislatura duró dos años, y la décima apenas tres. Pero desde otra perspectiva podríamos afirmar que precisamente esta inestabilidad demuestra una mayor conexión entre un entorno social y político más agitado y la adaptabilidad de las instituciones.

Este nuevo periodo parlamentario empieza con fecha de caducidad. Y eso es una novedad. Para la mayoría (72 escaños) se entiende que este Parlament durará un máximo de 18 meses. Una mayoría aún más amplia (83 diputados) no dudaría en calificar esta legislatura de constituyente, o sea extraordinaria. Y cabe recordar que la líder de la oposición propuso la misma noche electoral nuevas elecciones cuanto antes. Gran unanimidad, pues, en que la cosa no durará.

Veremos el lunes la escenificación de todo ello. Una presidencia muy marcada políticamente, en contraste con la tradición que situaba en esa posición a personajes a los que se quería agradecer los servicios prestados. ¿Es eso así ahora también? Una distribución de escaños entre grupos parlamentarios que rompe con una larga tradición de usar el eje izquierda-derecha para tal menester. ¿Es un símbolo de que ese Parlament es solo expresión de la lógica plebiscitaria y que todo lo demás es accesorio? ¿Cómo se trasladará esa excepcionalidad a la distribución de portavocías y comisiones? Los viejos dilemas siguen presentes en forma de corrupción, recortes en servicios públicos, estructura presupuestaria... Pero todo ello puede quedar en la sombra de una excepcionalidad que, por otra parte, empieza a generar cansancio y asfixia. Sigue la tensión.