Publicar y actuar

Para el que lo lea

En estos tiempos, saberse visto o leído es una maravillosa recompensa que hay que valorar a conciencia

esala31601397 barcelona   barcelones  26 10 2015  entre todos     reuni n 170122170043

esala31601397 barcelona barcelones 26 10 2015 entre todos reuni n 170122170043 / periodico

CARLES SANS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Alguna vez me encuentro por la calle con algún lector de este diario que dice leer mi artículo quincenal. No hay nada más satisfactorio que conocer a un lector, una persona que decide leer mi artículo entre firmas que periodísticamente hablando tienen más predicamento que la mía. Curiosamente, algunos me han comentado que les gustan especialmente aquellos artículos en los que hablo de mi trabajo o de mis anécdotas personales, algo que me sorprende, ya que siempre he pensado que mis asuntos no pasan de ser de lo más común. En todo caso, es reparador conocer sus comentarios, porque dan sentido a esa columna que escribo siempre con el interrogante de si va a interesarle a alguien o, por el contrario, hará lo que la mayoría hacemos cuando leemos la prensa: leer a los columnistas que tienes por costumbre, saltándote a los que casi nunca lees. Seguro que para muchos lectores estaré entre estos últimos, pero a esos no los conoceré jamás, ya que no creo que haya una sola persona tan malvada que se me aproxime para comunicarme que no me lee.

En Tricicle recibimos de vez en cuando correos de espectadores que dicen haber asistido a nuestro espectáculo y que por tal o cual circunstancia quieren agradecernos el buen rato que les hemos hecho pasar. Lo cierto es que no hay mejor premio que el del lector o el espectador que manifiesta su aprobación acerca de lo que uno hace. En estos tiempos en que publicar o actuar es un hecho cada vez más diluido por la abundante oferta publicada o exhibida, saberse visto o leído es una maravillosa recompensa que hay que valorar a conciencia.

Hoy hemos recibido una carta muy divertida de un espectador que nos sigue desde hace más de 20 años y que lamenta saber que nos vamos a retirar. Lo gracioso es que sospecha que somos gafes, ya que cada vez que ha venido dice haberse divorciado un tiempo después. De momento va por la cuarta esposa. A pesar de ello, no piensa renunciar a vernos la próxima ocasión que visitemos su ciudad, aunque, concluye, le cueste un nuevo divorcio.