tú y yo somos tres

Pancatalanidad en globo

FERRAN MONEGAL

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Hace ya dos o tres semanas que Empar Moliner y Ferran Torrent están realizando virtuosas excursiones por tierras valencianas y catalanas (Cosins germans, El 33). Ferran ilumina a Empar y la lleva a conocer, montados en un globo, los viñedos de Les terres dels Alforins, en la zona de Ontinyent y Moixent, a contemplar la singular originalidad del ancestral deporte del raspall (la pilota valenciana); y a su vez, Empar deslumbra a Ferran conduciéndole por Catalunya a ver el concurso de los gossos d'atura de Ribes de Freser, o la pasión de los castellers de Vilafranca. ¡Ah! Es un programa muy en la línea del espíritu que actualmente impulsa TV-3. Son viajes que emanan hermandad territorial. Y sobre todo buscan entrelazar al personal en busca de una identidad entre valencianos y catalanes, al estilo de aquel utópico e ingenuo pancatalanismo que los prohombres de la Renaixença soñaban. A Empar, en Valencia, la llaman Amparito, lo cual es una pincelada de simpática familiaridad, y a Ferran le vimos la mar de interesado contemplando esa pintoresca y meditable a cadena de obediencia en Ribes de Freser: el perro obedece al pastor, las ovejas obedecen al perro y finalmente acaba el rebaño entrando mansamente en la jaula. Y sin rechistar. ¡Ahhh! Quizá sería aconsejable que para posteriores temporadas de Cosins germans se ampliase la ambición del programa, y con el concurso del admirado Pere Codonyan también realizase Empar excursiones por Perpinyà y toda la zona del Rosselló. O sea, la emoción de la hermandad con la Catalunya Nord. Seguro que la actuales fuerzas vivas de TV-3 aceptarían esta ampliación con entusiasmo. Y lo que ya sería la pera es poder contar también con Matthew Tree para que ayudase a Empar a hermanar Catalunya con Escocia. Es decir, el pancatalanismo en su version más colosal.

CHIQUI .- Mejoran las audiencias de Supervivientes (T-5). Lo han conseguido haciendo lo que mejor saben hacer los directivos de este programa: torturando a su propio personal. Al marido de Chiqui lo van a mandar al Caribe para que le cuente lo que acaban de descubrir: que mientras ella está pasando penalidades en Cayo Cochinos, él hace cochinadas por Madrid enseñando el cacahuete a todas las señoras que se encuentra a su paso. Chiqui, en su total ignorancia, decía: «Le quiero mucho. Todos dicen que cuando me vea me va a preñar», y se estremecía de felicidad. Pobre Chiqui. Se va a enterar.