La clave

Palabra de Pablo Iglesias

JUANCHO DUMALL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pablo Iglesias, el rostro de Podemos, sigue en estado de gracia. El viernes se erigió en protagonista absoluto en el Congreso durante el acto formal de jura o promesa de la Constitución, previa a la recogida de las actas de eurodiputados por parte de los 54 elegidos en las elecciones del pasado 25 de mayo. El chico de la coleta, como despectivamente le llaman en determinadas tertulias y columnas, fue el más fotografiado -por no decir el único- en ese trámite, que sin su presencia no hubiera ocupado espacio alguno en los diarios.

Pero había morbo. ¿Qué iban a hacer los cinco parlamentarios europeos electos de Podemos? ¿Prometer o jurar la Constitución a palo seco o añadir la coletilla por imperativo legal que en su día inventó Herri Batasuna y que luego ha tenido notable éxito? Pues bien, una vez más Iglesias, en mangas de camisa, por supuesto, sorprendió al resto de los grupos al inventarse una frase directa al corazón del público: «Prometo acatar la Constitución hasta que los ciudadanos de mi país la cambien para recuperar la soberanía y los derechos sociales». Un soplo de aire con aroma de 15-M había entrado de repente en el Congreso. La fórmula por imperativo legal quedó en ese momento como una frase antigua, manida, como de la vieja política. Y el chico de la coleta se marcó otro tanto al mostrar sus dotes de comunicador.

Flor de un día

Desde la noche del 25 de mayo, hay un debate sobre si Podemos es flor de un día, fruto del voto de castigo que suele emerger en las elecciones europeas, o bien se trata de un movimiento que ha venido para quedarse y que puede alterar el equilibrio del Congreso cuando se celebren elecciones legislativas. De momento, una encuesta de este diario les daba entre 56 y 58 escaños si hoy se celebraran elecciones generales.

Pero mientras esa duda se resuelve, vamos a asistir a grandes momentos. No tanto en los hemiciclos de Bruselas y Estrasburgo, donde es muy difícil llamar la atención, como en las apariciones para consumo interno, donde Podemos marcará diferencias por la vía de una retórica nueva para un tiempo nuevo.