Pactos en B

Luis Bárcenas comparece este lunes en el juicio de la 'trama Gürtel'Luis Bárcenasel juicio de la 'trama Gürtel' y no hay nervios en el PP. Esto ya no es lo que era. Se ha dicho que han llegado a un pacto de no agresión. Y a juzgar por el estado de cosas, es muy probable que sea verdad. Cuando hace años el extesorero fue imputado y abandonado a su suerte por su formación, él decidió sacar a la luz la contabilidad B. Fue un pulso en toda regla. Quiso poner contra las cuerdas al partido que pasó de subrayar su decencia a desmarcarse en público y al partido que no le había cambiado a las fiscales, por la negativa del entonces ministro Ruiz-Gallardón.

El problema es que hasta ese momento, Bárcenas había negado la existencia de cuentas paralelas. Esto le sirvió al PP para intentar hacerle pasar por un mentiroso compulsivo. Sin embargo, esa estrategia cayó por su propio peso con la filtración del SMS de Rajoy («Luis, sé fuerte»). La necesidad de proteger al líder desató una psicosis interna y un intento de engaño a los ciudadanos. Desautorizaban a Bárcenas en público, mientras en privado le mantenían chófer y despacho y le indemnizaban en diferido. El PP se metió en una espiral de versiones contradictorias que no invitaban a la credibilidad. Primero negaron sin matices la contabilidad B. Luego dijeron que si existía, era de Bárcenas. El extesorero respondió con firmeza que no era tan generoso como para pagar con su dinero una reforma de la sede.

Después, el PP intentó presentarse como víctima, argumentando que la fortuna que su exempleado tenía en Suiza, la había conseguido robándoles a ellos. ¿Cómo lo supieron? Si solo tenían una contabilidad, ¿anotaba Bárcenas el desvío de millones? ¿Y cómo nadie se dio cuenta antes del agujero? Porque es más fácil robar de la contabilidad opaca que nadie controla, que de la contabilidad oficial que está auditada. Eso es así.

POR ARTE DE MAGIA

La guerra se fue recrudeciendo cuando Bárcenas detalló ante el juez el pago de sobresueldos y el destino del dinero B. Llegó a confesar que Trillo recibió una parte para pagar la defensa del Yak 42. Además, denunció al PP por borrar sus discos duros. El extesorero siempre sostuvo que contenían información sensible y logró que el partido fuera procesado. Y justo en ese momento, hace muy pocos meses, algo cambió. Por arte de magia, Bárcenas enmudeció, dejó de desafiar a Génova en público y se retiró del caso, alegando que no podía pagar su defensa. Hombre, si esto fuera verdad y dado que había peleado tanto por sus ordenadores, podría haber recurrido a un abogado de oficio... 

A partir de ahí, el extesorero se ha encargado de filtrar estos días que no tiene intención de hablar de la caja B en el juicio. Hace años, el PP se hubiera escondido conteniendo la respiración. En cambio, en esta ocasión han convocado a la misma hora un comité ejecutivo. No tienen miedo. Porque, al margen de los presuntos pactos, saben que Bárcenas tiene un talón de Aquiles: no puede denunciar aquello que le incrimina. Y casi todo lo que diga, puede ser usado en su contra.