Un pacto necesario contra el machismo

El testimonio conmovedor de una mujer maltratada que recoge hoy este diario refleja la angustia con la que viven las víctimas de la violencia machista en España. Una década después de la aprobación de la ley integral contra este tipo de agresiones los resultados invitan a la decepción y, sobre todo, al rápido propósito de enmienda. Cerca de 800 mujeres -cada vez más jóvenes- han sido asesinadas en esos diez años, solo una de cada tres habían denunciado a su agresor y, en una dimensión aún más espeluznante del fenómeno, menudean los asesinatos de los hijos para dañar a la madre.

Este negro panorama ha llevado a numerosos colectivos de mujeres a convocar hoy una marcha estatal en Madrid como señal de dolor y rabia. Pero la solidaridad y la participación en estos actos no son suficientes. Si la ley que debía poner coto a los desmanes ha fracasado, debe ser reformada con urgencia. Hay que revisar los protocolos de protección de las mujeres amenazadas. Se debe averiguar por qué existe tanta desconfianza hacia la Administración como para no denunciar la agresión machista, a lo que en ocasiones se suma el infame silencio de quienes la observan de cerca y callan. Los programas educativos deben impulsar la igualdad hombre-mujer que evite relaciones de dominio. Exige todo ello, en fin, que las promesas que ahora aparecen en los programas electorales se concreten después en un gran pacto de Estado contra una lacra que nos degrada y avergüenza como colectivo social.