Pablo, presidente por 'share'

Si la audiencia televisiva, el share, fuese una medición equiparable a los votos de las urnas, Pablo Iglesias hoy sería presidente. Las cifras que alcanzó el programa de Jordi Évole (Salvados, La Sexta) fueron enormes: más del 24 % de cuota de pantalla y más de cinco millones de espectadores. Eso significa un poder televisivo nunca visto en un político. Al menos hasta ahora. Évole le fue dando cuerda, y Pablo Iglesias se animó contando lo que haría si fuera presidente. Desgranó algunos puntos de su programa. Nacionalización -o en su caso expropiación- de algunas empresas; instauración de un salario digno para todos, y al mismo tiempo limitación de sueldos, retribuciones y ganancias. ¡Ah! Estas son medidas que atraerían a muy pocos feligreses si las propusiera en Suiza, en Holanda, en Dinamarca, en Noruega... Allí las clases medias son muy nutridas y potentes. Aquí, en cambio, desballestados y empobrecidos hasta límites de miseria, y con las cúpulas políticas llenas de corrupción y robando a manos llenas, el discurso de Iglesias atrae y triunfa enormemente. Concita complicidad. Las masas le premian siguiéndole devotamente en la tele. Por eso, Évole le preguntó, con inequívoca intención, si era consciente de que su éxito ha sido gracias a lo magnánimas que han sido las cadenas con él, dándole pista y tribuna para que exponga sus ideas. Respuesta: «Salgo en las teles porque soy rentable y doy audiencia. Si alguien cree que llaman al coletas por la libertad de expresión..., ¡eso no te lo crees ni tú, Jordi Évole!». Efectivamente. Advertí días atrás en esta columna que los magnates propietarios de los imperios televisivos, en cuanto vean que las posibilidades de Iglesias son reales, y les comience a inquietar el tema, es probable que le dejen de invitar inmediatamente. Caerá sobre él la orden del silencio. O sea, lo mismo que viene haciendo de forma tan vergonzante la cadena pública TVE. Lo apasionante del asunto es que a lo mejor ya no llegan a tiempo. Nos contaron el sábado en  La Sexta noche que en el último sondeo de intención de voto la formación Podemos ya está prácticamente igualada con el PSOE, y a solo dos puntos del PP.

El momento más picante y sugestivo de esta conversación fue cuando Iglesias confesó: «No sé si debería contar eso, pero me ha llegado un mensaje diciéndome que a Letizia le gustaría conocerme». ¡Ahh! La cadena que consiga pescar ese encuentro romperá el audímetro de golpe.