Análisis

El otro Platini

CÉSAR LUIS MENOTTI

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Era el año 2005 y Michel Platini todavía no era presidente de la UEFA.  Yo estaba en Suiza, invitado por ese organismo para discutir en un panel sobre el juego y el calendario internacional, y recuerdo que él estaba ahí, muy protegido por Blatter, siempre muy juntos los dos. En ese momento yo pensaba ya que él iba a ser presidente de la FIFA. Se le veía muy apasionado en conseguir que la gente ligada al fútbol participase más. «Debes estar más cerca, nos tenemos que juntar», me decía Platini.

Al poco tiempo pasó a ser presidente de la UEFA y el resto es historia conocida. Me pareció raro que se hubiese ya peleado con Blatter, porque siempre estuvo muy a su lado en cuanto a la organización y el tema futbolístico. Pero después de haber visto peleas de matrimonio rotas tras 40 años  de relación ya nada me sorprende.

Platini fue un futbolista enorme, un tipo preparado que estuvo en los mejores equipos, que lo ganó todo, que ha seguido participando en el mundo del fútbol y que tiene algo de experiencia en la conducción a través de la UEFA. Pero, sinceramente, no creo que pueda hacer sino más de lo mismo si llegase a presidir la FIFA. A no ser que tenga la intención de romper con las estructuras.

Organizaciones mafiosas

Quizá suena duro, pero hay que decirlo: son organizaciones de tipo mafioso. Si uno tiene una Conmebol corrupta, una Concacaf corrupta, una UEFA que no es transparente, federaciones que no son transparentes, y encima no hay control, entonces es muy compleja la cosa.

Estamos hablando de la conducción de uno de los negocios más brillantes que existen. No requiere casi inversión y la administración no pone prácticamente nada. La FIFA lo único que hace es recoger lo que la gente y los equipos generan económicamente.

Ahora se debate sobre el dinero que recibió Platini de la FIFA y yo no soy quién para juzgar la honorabilidad de una persona, pero creo que la discusión no debe acabar ahí. La FIFA, al igual que confederaciones como la Conmebol o federaciones como la Argentina, se han establecido como lugares inexpugnables.

Parece como si existiera una casta superior de genios que manejan toda la historia del fútbol y eso no debería ser así. Creo que tendría que haber otro tipo de participación. Es demasiado el dinero que entra y demasiado difícil controlarlo si no es a través de alguien que esté por fuera. Los Estados deberían estar más atentos y también se necesitaría la participación más directa de las asociaciones de futbolistas y de entrenadores. Como ya he dicho, creo que se debería crear un comité de honor de gente cercana al fútbol que pueda dar su opinión, que vigile, participe y ayude a parar todas estas locuras.

El hecho de haber sido futbolista, sin embargo, no te garantiza capacidad para conducir un organismo como la FIFA. Es importante en la formación y te hace tener más conocimiento desde adentro. Pero como decía Hipócrates, el que solo de medicina sabe, ni de medicina sabe. O en este caso, el que solo de fútbol sabe, ni de fútbol sabe. No creo que los problemas se resuelvan desde Platini.